jueves, 22 de abril de 2021

La octava plaga de Egipto: las estafas piramidales

Las estafas piramidales son conocidas desde hace muchos años, e increiblemente la gente sigue cayendo en ellas, ya sea en su modalidad de pirámide abierta, en que los participantes conocen la naturaleza del negocio, que es únicamente atraer a nuevos miembros que realicen aportaciones y amplien la base, como en su modalidad de pirámide cerrada (siendo un clásico el esquema de Ponzi), en que existe alguna persona u organización que recibe el dinero y realiza presuntas inversiones o proporciona ciertos servicios a cambio, gracias las cuales reparte beneficios (entre muy pocos).

Gran pirámide de Guiza. Fuente: De Nina - Trabajo propio, CC BY 2.5, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=282496
 

En ambos casos, en realidad, el negocio es la mera atracción de nuevos miembros. Con el tiempo, es cierto que este tipo de estafas se han perfeccionado e intentado ocultar bajo la apariencia de un negocio multinivel lícito, si bien éstos también encuentro que cuentan con un funcionamiento cuestionable en que la empresa nunca pierde y el distribuidor independiente se ve atrapado en una espiral diabólica, como le ha ocurrido a muchos "distribuidores independientes" de empresas como Herbalife o Mary Kay, que para conseguir mayores descuentos en los productos que deben vender, compran grandes cantidades que al final no tienen salida y se acumulan en su casa hasta que no  hay más espacio ni más dinero. John Oliver en su Last Week Tonight, realizó un jocoso pero muy instructivo repaso a los peligros de las empresas multinivel en Estados Unidos, así como los sofismos y falacias que utilizan para aprovecharse de personas con una situación económica precaria. Lo podéis ver con subtítulos en español aquí.

Pretender que eres tu propio jefe cuando no controlas el precio de los productos que vendes ni la estructura de pagos y comisiones, además de tener otras obligaciones para con la empresa, es una falacia peligrosa que lleva a la ruina.

Un ejemplo bien conocido de estafa piramidal en España fue Forum Filatélico y Afinsa. El modelo se mantuvo durante años porque existía en parte un negocio real, la compra de sellos, y los intereses generados, fueron relativamente moderados, pero era en cualquier caso una cuestión de tiempo. De hecho, en 1994 el filatélico madrileño Miguel Angel Blanco, propietario de Filatelia Blanco, donde un servidor hizo pedidos en los noventa, enviando por correo ordinario los listados escritos con una vieja máquina de escribir, denunció ante el Banc de España que Forum inflaba el valor de sus activos y que era insostenible el modelo de negocio planteado. Nadie le escuchó.

Personalmente, recuerdo cuando hace unos diez años, mi hermano se encontró con un antiguo conocido, quien apenas le vio ya le estaba machacando sobre una "oportunidad de negocio" que no se podía perder y que rehuía concretar. Intuyendo que se trataba de algo más bien turbio, y sabiendo que a mi me podría divertir el tema, le pasó mi contacto y me llamó. Quedamos para ir a una reunión explicativa del producto, a la que me llevó tras hablar profusamente de la oportunidad que suponía, que el éxito dependía solo de mis ganas de trabajar y ese tipo de cosas, pero de modo general y sin concreción. Tuve que esperar a la reunión para conocer el nombre de la empresa: ACN (American Communications Network).

El encuentro tuvo lugar en un bajo, adecuado como cutre sala de conferencias, y un hombre comenzó a hablarnos de su trayectoria en el mundo de los negocios; trayectoria curiosamente exitosa según él, pero con sospechosos cambios de actividad cuando se encontraba en la cúspide. Todo ello servía de introducción al negocio, que resultó ser la reventa de servicios de telefonía, con la videollamada, a través de un terminal propio unido al teléfono fijo, como producto estrella. Me reía por lo bajo que intentaran vender una tecnología que nunca se ha popularizado por buenas razones: en casa, mucha gente no desea que la vean, salvo que quiera presumir de pijama, pelo despeinado o pantuflas de peluche.

El conferenciante presumía de los muchos metros cuadrados que ocupaba la sede central sita en algún país europeo, creo que Holanda, y que grandes empresas de telefonía como telefónica trabajaban con ellos, cuando no hacían más que revender sus servicios. Mucho se cuidaba de explicar correctamente el negocio, pero sí habló de un pack de entrada de 399 euros más IVA y cómo había dos modos de ganar dinero en la empresa: haciendo clientes para el servicio de telefonía o trayendo a gente a la empresa que pague esos 399 euros. Quedaba claro que el modo más rápido, fácil y seguro de ganar dinero era traer gente más que vender los servicios de telefonía. Sin ser un experto en matemáticas, resultaba fácil sacar las cuentas de cuantas líneas debías vender para recuperar el dinero del pack de entrada, miles, mientras que con apenas media docena de incautos que atrajeses como nuevos vendedores, recuperabas el dinero. Igual que yo, había más gente nueva que había sido atraida no muy convencida a la reunión, y cuyas caras de estupor y vergüenza ajena, a medida que descubrían que un amigo o familiar les había hecho venir a semejante marramachada, sigo viendo con claridad. 

Terminada la iluminadora charla, mi estimado cicerone me presentó a otros miembros del la estafa negocio, refiriéndose a ellos con una admiración desmedida, que alcanzaba niveles cercanos a los éxtasis místicos de Santa Teresa cuando estos individuos llegaban a categorías altas. No tardó apenas uno de aquellos individuos en aparecer con una invitación (que lógicamente me costaría dinero) a una reunión que iban a tener en un hotel el fin de semana siguiente. Con buenas maneras, les envié a paseo les agradecí la oportunidad, pero les manifesté mi falta de interés en el producto. No volví a saber de ellos, si bien me consta que siguen operando, ya que su web española sigue bien activa. 

Para saber más sobre este negocio que opera en el límite de la legalidad, otros han hecho en español ya entradas mucho más completas y esclarecedoras aquí y aquí. Más recientemente, el youtuber canadiense Always Marco, ha hecho en inglés dos demoledores trabajos de investigación sobre sus métodos (primera y segunda).

Los casos de estafas piramidales son casi infinitos, se presenten bajo el nombre que se presenten. El telar de los sueños o la flor de la prosperidad son dos modelos de pirámide abierta que se ha intentando disfrazar bajo una apariencia de iniciativa feminista para luchar contra el malvado heteropatriarcado y permitir alcanzar tus sueños... a base de conseguir que otros suelten la pasta sin obtener nada a cambio, aunque ellos crean que algún día les llegará su turno.

En los últimos tiempos, exacerbado por la pandemia y el mayor tiempo pasado en casa frente al ordenador y sin poder salir, han proliferado como champiñones los anuncios de personas prometiendo cambiar tu vida gracias al trading (la inversión en mercados de valores) y el método infalible desarrollado por ellos que te permitirá compatibilizar tu vida personal y familiar, trabajando poco y ganando mucho. Por supuesto, todo esto es un prometer hasta meter y, después de metido, nada de lo prometido.

Algunos son viejos conocidos como Josef Ajram, el trader más tatuado que se me viene a la mente, y otros son un poco más recientes, como Roberto Gamboa y sus "traffickers" o los cursos de trading de IM Academy, estos últimos frecuentados por gente de nivel que no cesa de llamarte "bro" y "hermano" a la menor ocasión, amén de contar con su propio grupo de asalto para los que hagan preguntas incómodas: los cenutrios las Nutrias. Dejando de lado la cuestión de tratarse el trading en sí de un negocio legítimo con muchísimo riesgo, lo que es más que cuestionable son los métodos y que el verdadero beneficio que obtienen los participantes no se deriva de los cursos ofertados, sino de atraer más gente para que los contraten. 

No me voy a extender sobre ellos, ya que youtubers como Carles Tamayo o Lord Draugr han hecho fantásticos trabajos de investigación de sobre ellos, sino a intentar dar unas características generales que deberían hacernos desconfiar de este tipo de "negocios":

1- El producto (de existir) no es lo más relevante ni lo que te va a permitir obtener beneficios.

2- El único modo real de conseguir rentabilidad es atraer a más gente, lo que además de poco ético, está prohibido.

3- No existen barreras de entrada ni cribas, lo que cuenta es la capacidad para pagar el pack de entrada o mensualidad del curso que corresponda.

4- La persona que está dentro no busca a la gente por su capacitación ni experiencia, sino en función de su debilidad para decir no.

5- Se bombardea al recién llegado con mensajes de optimismo desmedido, manuales de autoayuda y un verdadero lavado de cerebro a base de asistencia a reuniones periódicas, con una puesta en escena propia de iglesia evangélica, que buscan eliminar toda capacidad crítica.

6- Se pierden amistades y contacto con la familia, quedando aislado por alejarse de todos aquellos que le podrían advertir de los riesgos del "negocio", puesto que los estafadores ya han condicionado al nuevo adepto de modo que considera que cualquier advertencia es en realidad un obstáculo hacia el éxito; no queda más que la nueva "familia".

7- Se percibe el fracaso como un no haber trabajado lo suficiente, cuando en realidad nunca se tuvo una verdadera oportunidad de tener éxito ganando dinero con el negocio que sirvió de anzuelo.

8- El dinero va de abajo a arriba. A diferencia de una empresa legítima, donde el dinero ingresado por la actividad va a la empresa, quien paga a proveedores y trabajadores, en las empresas piramidales (y las multinivel, que como ya he indicado, juegan al límite de lo legal), son los "distribuidores independientes" de la base quienes aportan el dinero, recibiendo muy rara vez.

9- La empresa nunca pierde ni tiene obligaciones respecto a sus "colaboradores", pues estos son considerados externos y solo una mínima parte de ellos acaban recibiendo algún beneficio económico, mientras que en una empresa normal, realizado un trabajo, se cuenta con una retribución fija.

Lamentablemente, estas advertencias pueden llegar tarde para algunos, pero aspiro al menos a ayudar a reducir el daño que causan estos desalmados sin conciencia. No solo como profesional de la abogacía, sino como particular, siento que debiera existir mayor control y una acción más enérgica contra estas "empresas".

¿Habéis estado en alguna empresa de este tipo o conocido a alguien que lo haya estado? Contad vuestra experiencia.

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