Los años pasan, pero los recuerdos permanecen y, en este caso, con gran cariño. Como ya mencioné en entradas anteriores, la experiencia erasmus es mucho más que lo estrictamente académico y, lamentablemente, algo menos salvaje en la mayoría de los casos que las bacanales romanas que algunos imaginan. Otra cosa es que genere material para incontables anécdotas, reales o aderezadas con un poco de imaginación. Por fortuna lo siguiente es algo bastante real y tangible: el lejano círculo polar ártico y el famoso hotel de hielo de Kiruna.
El International Committee (aun se conserva una antigua web aquí) de la Mid Sweden University, formado por estudiantes voluntarios cuya labor y amabilidad nunca podré agradecer lo suficiente, se encargó de organizar para los estudiantes de intercambio una pequeña estancia en Kiruna, situada ya en Lappland (Laponia sueca). Llegar desde Sundsvall suponía ya recorrer casi 900 kilómetros, pero primero tuvimos que ir hasta Östersund para unirnos a un grupo de estudiantes del campus que allí tenía la Mid Sweden. No fue un gran problema en el viaje de ida, pero 13 horas de autobús en el de vuelta y un repertorio muy limitado de películas y música, lograron que más de uno estuviera punto de subirse por las paredes.
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Östersund visto desde el lago completamente helado. Enero 2005 |