martes, 15 de enero de 2013

La guerra de las Salamandras, de Karel Capek

Publicada en 1936, La guerra de las salamandras es una obra de ciencia ficción satírica que relata el descubrimiento casual, ascenso y conflicto con una recién descubierta raza de salamandras que, utilizada al principio en condiciones de cuasi-esclavitud por las grandes corporaciones y potencias europeas, acaba adquiriendo gradualmente conocimientos y conciencia de sí misma, rebelándose contra sus iniciales dominadores.

Portadas de diferentes ediciones españolas de La guerra de las salamandras
Su autor, Karel Capek, nació en Malé Svatoňovice (Bohemia) en 1890. Muy interesado desde su juventud en las expresiones artíticas, estudio filosofía en Praga y en París. Serios problemas espinales, que le acompañarían toda la vida, le impidieron tomar parte activa en la 1ª Guerra Mundial, al ser declarado como no apto para el servicio. Esto no le impidió desarrollar una intensa actividad periodística, que compaginaba con su carrera literaria. La guerra influyó decisivamente en su pensamiento, y es en esos momentos que comienza a reflejar en sus escritos sus inquietudes sobre el nacionalismo y el autoritarismo. Tuvo además una intensa vida social que le permitió conocer a figuras políticas destacadas de la joven república independiente. Como sus coetáneos, observó con creciente temor el ascenso imparable del fascismo y, sobre todo, del nazismo, lo que reflejó en sus obras. Murío en diciembre de 1938, apenas dos meses después de la virtual desaparición de Checoslovaquia tras los Acuerdos de Munich.

Aunque escribió no ficción, es recordado sobre todo por sus trabajos de "ciencia ficción". De hecho, la palabra "robot" la acuña él en su libreto teatral Robots Universales Rossum de 1920 (aunque, en honor a la verdad, hay que decir que la palabra fue idea de su hermano Josef); aunque los robots que describe serían más bien androides, pues se trata de humanoides artificiales creados a partir de materiales sintéticos, más que de seres mecánicos. Se le podría englobar en la órbita de autores como Aldous Huxley y George Orwell, que emplean el mismo tipo de alegorías en sus libros para describir mundos paralelos al nuestro.
 
El libro,dividido en tres partes netamente diferenciadas, comienza en un tono ligero y descriptivo, que nada tiene que ver con la oscuridad y pesimismo que reflejan sus últimos capítulos. No existe un protagonista principal, sino que observamos una alternancia de fuentes y puntos de vista, desplazándose la acción en múltiples direcciones y a lo largo de muchos años. Esta sección del libro termina con que la empresa, que había comenzado a explotar comercialmente las salamandras como si fueran mercancías, al darse cuenta de que se agota su modelo de negocio, se reducen beneficios y que las salamandras se multiplican sin cesar, se les ocurre crear un trust vertical: El Sindicato de las Salamandras, para seguir controlándolas mientras diversifican sus sectores de actividad. Con el trabajo de las salamandras los países se expanden, creando islas y incluso verdaderas penínsulas. Se toca de refilón la trata de esclavos.


El segundo libro toma un tono más histórico y de ensayo, con poca acción. Se describe en un futuro indefinido, valiéndose de recortes de prensa de todo el mundo relacionados con las salamandras que uno de los protagonistas reune, el desarrollo de los acontecimientos. Pone los pelos de punta la pormenorizada relación de los experimentos inhumanos a que son sometidas las salamandras para conocer su biología y resistencia: frio y calor extremo, amputaciones para medir su capacidad de regeneración, privación de comida y bebida, trabajo hasta la extenuación, vivisecciones, exposición a productos químicos y más horrores que parecen una macabra profecía de los experimentos que los nazis llevarían a cabo poco tiempo después.

Con el tiempo se produce el reconocimiento legal de las salamandras y la equiparación de derechos con el resto de ciudadanos. Asimismo, se discute acaloradamente sobre si poseen o no alma; tal y como se discutiera en la América colonial si los indios tenían alma. La rápida evolución de las salamandras produce una ruptura entre las generaciones más jóvenes, firmes defensores de los cambios, y los más maduras. Es un fiel reflejo del choque entre tradición y modernidad que trajo la revolución industrial, especialmente en los países donde fue más tardía y "se saltaron etapas", así como la encrucijada en que se veía la generación de entreguerras, que ya no podía agarrarse a los esquemas del mundo de ayer

El tercer libro es quizás el más emocionante, pues en él se produce la guerra, como desenlace previsible de la carrera de armamentos y la tensión creciente, aunque no por ello menos dramático. Lidia claramente además con los temas que más preocupaban al autor, como el auge de los nacionalismos. Las salamandras reclaman más espacio vital, para lo que no dudarán en invadir continentes y destruir estados. Se ven reflejadas las teorías raciales nazis -Defienden que un tipo concreto de salamandra, que habita en la zona norte de Europa y tiene una apriencia más clara, una capacidad craneal mayor y camina más erguida, es superior a las demás, que serían razas degeneradas. ¿Les suena la cantinela?- y la ineficacia de una bienintencionada pero débil diplomacia, en el seno de una inoperante Sociedad de Naciones, que no da una respuesta fuerte, clara y unida, dando a sus oponentes que tienen patente de corso para hacer lo que les venga en gana. La cesión de las potencias occidentales de China a las salamandras, con el ruego de no continuar con su reclamación de nuevos territorios, es un adelanto de lo que ocurrirá en los Acuerdos de Munich de 30 de septiembre de 1938, cuando Francia y Gran Bretaña entregaron los Sudetes a Hitler, en un inútil intento de apaciguar a un nazismo en plena expansión, y que es recordada en la antigua Checoeslovaquia como la Traición Occidental, que no sería la primera ni la última por desgracia.
Emisiones postales del Protectorado de Bohemia y Moravia, creado tras la anexión nazi de los Sudetes
A lo largo del libro se tocan otros temas de modo transversal y puntual que cabe señalar.

Aparecen en el libro preocupaciones ecológicas. No es casual el modo en que describe como al trasladar a las salamandras a otros hábitats más benignos y sin enemigos naturales, comienzan a multiplicarse sin interrupción, rompiendo con el equilibrio previamente existente. De ahí deriva el mayor problema al que se enfrentarán sus antiguos amos será precisamente su superpoblación y la consiguiente invasión de nuevos hábitats de esta especie invasora. También observamos de principio a fin una crítica a la actitud arrogante de los poderes europeos hacia las razas no blancas y el colonialismo, la carrera de armamentos, al uso de la ciencia (con la creencia honesta de los científicos de la validez de sus afirmaciones) defender esta subordinación y la segregación racial. 

Prefiero no decirles como termina esta guerra, mejor que lean el libro. No se arrepentirán. En nuestro país ha sido editada en diferentes ocasiones, siendo la más reciente y más fácil de encontrar la de Gigamesh.

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