Efectivamente, estamos de enhorabuena, porque a diferencia de otros países donde la separación de poderes y la independencia judicial son una quimera, la macrooperación que ha tenido lugar hoy en Valencia, afectando a antiguas vacas sagradas del PP valenciano, ha demostrado que el poder judicial actúa sin tener que pedir permiso a nadie. Así, siguiendo el debido proceso con todas las garantías judiciales que la ley prevé, se juzgará y, según las pruebas y actuaciones practicadas, el juez sentenciará.
Ayuntamiento de Valencia |
La única parte negativa es el descrédito que sufre la política debido a los casos de corrupción; corrupción que cometen las personas, no los partidos ni las instituciones. Además, empaña y destruye el trabajo abnegado y sacrificado de muchísimas personas que se meten en política por pura vocación de servicio público; no sólo ganando menos que si ejerciesen una profesión de cualquier tipo, sino sacrificando su tiempo y esfuerzo personal y enfrentándose en demasiadas ocasiones a insultos y ataques gratuitos por la defensa de unos ideales. Cuando a alguien, sin importar el partido, se le echa en cara apoyar a los corruptos, se está aplicando un silogismo erróneo, en la medida que una persona se ha metido en un proyecto político y defiende unos valores y no porque abiertamente alguien se haya presentado como corrupto y pedido que le siguieran. Nadie en su sano juicio lo haría.
La justicia debe retirar las manzanas prohibidas de la circulación y los partidos, si conocen de alguna situación que pueda ser susceptible de responsabilidad criminal, denunciarla cuanto antes. Hay que evitar que la omisión y la inacción acaben hiriendo de muerte proyectos políticos que han ilusionado a la gente. Hoy es el PP el PSOE u otro, mañana puede ser cualquiera, porque nunca se ha visto partido que se libre. Por supuesto, no estoy planteando un "mal de muchos, consuelo de tontos". Saber que ha pasado y pasará nos debe llevar a reflexionar y estar siempre alerta; no callar y pedir siempre rendición de cuentas de nuestros representantes políticos.
Aunque debería haberse hecho antes, y podría haber evitado que se produjeran situaciones calamitosas, la acción judicial, así como la actual concienciación social sobre la corrupción, acelerarán el recambio generacional que ya se estaba produciendo, con caras nuevas e ideas frescas. Una nueva generación preparada y consciente de que, en tiempos tan complicados como los actuales, está en el punto de mira permanente de una sociedad que espera algo mejor de sus políticos de lo que suele salir en prensa.
¿Influirá esta nueva operación, que vuelve a sacar la corrupción a primera página, en la posibilidad de formar gobierno y los resultados de unas nuevas elecciones, si se dan? Clarísimamente sí.
Hablas de manzanas podridas, pero el caso del PP no es un caso de manzanas podridas, sino el de un partido que ha hecho de la corrupción su forma de regirse. Allá donde han tenido poder han robado cuánto han podido y la redada de esta mañana es la prueba de la impunidad con la que han hecho cuánto han querido (no unas pocas personas corruptas sino decenas de ellos) durante todos estos años. La policía ha actuado del mismo modo a como lo haría contra una organización mafiosa, que es ni más ni menos lo que es el PP.
ResponderEliminarPor otro lado hablas de la independencia del poder judicial pero yo no me imagino esta noticia hace un año con mayoría del PP en valencia, pero no sé, igual es que tengo poca imaginación...
Gracias por el comentario. Esta claro que no coincidimos en el análisis, pero sí en que la corrupción no es tolerable. La estructura del PP, en cualquier caso, es mucho más grande que las personas detenidas o imputadas,que han hecho un gran daño a aquellos que alguna vez confiaron en ellos. Lo que sí se le puede echar en cara es quizás haber actuado con excesiva tibieza en el pasado, dando pie a que algunos se sintieran por encima de todo.
EliminarCreo que habría pasado lo mismo aunque el PP hubiera seguido teniendo mayoría en Valencia. Las críticas a la justicia son una cosa, pero de ahí a pensar que somos una república bananera hay mucho trecho. Igual yo también tengo poca imaginación.