domingo, 17 de septiembre de 2023

Hacedor de estrellas, un viaje al inicio y el fin del universo

"Hacedor de estrellas", del británico Olaf Stapledon (1886-1950), es una de las novelas más originales e inclasificables que he leído. Definirla únicamente como una novela de ciencia ficción no hace justicia a la variedad de temas tratados ni la perspectiva desde la que lo hace; considerarla una novela existencialista, tampoco. Además, toda obra es hija de su tiempo y, al lector conocedor del contexto mundial en 1937, año de su publicación, no se le escapan las referencias a los totalitarismos, especialmente el nazismo, que amenazaban los cimientos de una democracia liberal en crisis.

Magnífica edición en tapa dura de la edición española de Minotauro de 1997

Su formación en filosofía, psicología, literatura e historia, así como su ideología política socialista, pueden atisbarse en el enfoque que emplea para examinar las diferentes civilizaciones e inteligencias que el protagonista de la obra encuentra en su largo deambular por el universo; un viaje casi onírico del que solo tenemos la promesa de veracidad del narrador.

Para el alter ego de Stapledon, la revolución industrial y el auge de la civilización mecanizada es el punto de inflexión en la mayoría de las civilizaciones; es el momento cuando ésta puede pasar a un plano superior, de cooperación y unidad, sin renunciar a la individualidad, o de ir hacia atrás, perder el equilibrio y degenerar o quedarse estancados sin remedio hasta acabar extinguiéndose.

El plano superior no queda exento de peligros y puede igualmente degenerar en una suerte de fundamentalismo religioso con ambiciones expansionistas, conquistando y convirtiendo por la fuerza a pacíficas sociedades de iguales, hasta que son detenidos por civilizaciones benévolas todavía más desarrolladas.

Pero la complejidad de la obra de Stapledon va más allá, puesto que examina la definición de vida e inteligencia desde una perspectiva científica y sólida. Así, en la búsqueda del Hacedor de Estrellas (¿Dios?), el protagonista encuentra inteligencia no biológica a una escala colosal, tratando a soles y nebulosas como sistemas vivos, pero infinitamente diferentes a los humanos, algo en lo que se inspiraron autores posteriores, como Fred Hoyle y su "La nube negra". También  describe de forma precisa la existencia de civilizaciones de simbiontes, idea que será ampliamente desarrollada por otros escritores, como los insectores de Orson Scott Card en el universo de "El juego de Ender".

La escala temporal que abarca la novela puede resultar sobrecogedora, del principio al fin de la vida del universo, medido en miles de millones de años. De entre las obras que he leído, solo "Tau Cero", de Poul Anderson, recogía un viaje semejante, con descripción del envejecimiento y contracción del universo hasta generar un nuevo Big bang incluido.

Muchos autores que hoy consideramos clásicos de la ciencia ficción reconocen su deuda con las ideas desarrolladas por Stapledon en "Hacedor de estrellas", cuya reputación no deja de crecer 86 años después de su publicación original.

¿Habéis leído ya "Hacedor de estrellas"? Por favor, comentadme vuestras impresiones.

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