sábado, 16 de marzo de 2013

¿Sistema corrupto o corruptos en el sistema? Debate en la Universidad de Valencia

Con este título tan sugerente ha organizado el Foro Universidad y Libertad una fascinante mesa redonda en que, sin pelos en la lengua y en un ambiente distendido y muy participativo, tres ponentes de ámbitos tan diversos como la filosofía, el derecho y la economía han debatido en torno a la democracia, la clase política y la omnipresente crisis. Intervinieron: Antonio Lastra, Doctor en Filosofía y Profesor de la Universidad de Valencia, Vicente Baeza, Doctor en Derecho y Profesor Titular de Derecho Penal de la Universidad de Valencia y Roberto Centeno, Catedrático de Economía en la Escuela de Ingenieros de Minas de la Universidad Politécnica de Madrid, así como articulista y tertuliano en distintos medios de comunicación nacionales.

A fin de poder generar debate, que creo muy sano en cualquier sociedad democrática, y que el contenido de las reflexiones de los ponentes y las respuestas a las preguntas de los asistentes no se pierdan, escribo esta crónica. Discúlpenme de antemano que vaya a ser extensa. Me consta, según lo que indica el Foro en su blog, que piensan subir el video del evento a youtube, pero sin fecha aún. De las opiniones vertidas por los ponentes, comparto algunas, matizaría otras y me declaro en abierta oposición con alguna que otra. Si alguien tiene curiosidad por conocerlas, que comente en el blog y contestaré encantado.

De izquierda a derecha: Vicente Baeza, Antonio Lastra, Álvaro González y Roberto Centeno
El moderador del acto, Álvaro Gonzáles Andreu, explicó que se pretendía con este acto reafirmar el papel de la universidad en la sociedad y explicó las dificultades que se encuentran para realizar eventos de este tipo, criticando el sistema de subvenciones de la universidad que, en su opinión, "incitan a la corrupción"; razón por la cual, como colectivo, han tomado la decisión de dejar de intentar pedir subvenciones. Por otro lado, expresó quejas sobre el veto a determinados ponentes por parte de la universidad por no poder ésta garantizar su seguridad.

El primer ponente en hablar fue Vicente Baeza, quien comenzó con una reflexión sobre nosotros como individuos, nuestra situacon en la sociedad y cómo ésta nos condiciona. Respecto a la pregunta que encabeza el debate, no cree que el sistema sea corrupto, ya que nuestra constitución concibe un sistema válido de desarrollo como individuos y sociedad. Añade que mantener que la mayoría de los operadores políticos son corruptos está lejos de ser cierto, pero hay ciertos elementos que lo corrompen y se pueden encontrar indicios en nuestra legislación para afirmarlo. Recuerda que el legislador son los partidos políticos y que desde el Estado se propugna la participación en determinados temas, pero dificultando su ejercicio efectivo.

Explicó con bastante detalle la redacción del artículo 319.3 del código penal español que, en su opinión, encierra un germen que impulsa la corrupción vinculada al ladrillo (al no obligar a la demolición inmediata y sin condiciones de la obra ilegal). Aunque el actual código penal de 1995 ha sufrido diversas modificaciones desde su aprobación, este artículo no ha sido nunca modificado. ¿Por qué? Señala que posiblemente por intereses económicos y necesidades de financiación de los partidos e incluso el hecho de que, hasta hace muy poco, las personas jurídicas no podían delinquir. De hecho, la redacción original del artículo 31 bis del código penal excluía expresamente a los partidos políticos y sindicatos. Pero los partidos políticos, apunta, son personas y un modo de establecer un cierto control sobre ellas sería la posibilidad de establecer una inhabilitación cautelar tras una vistilla judicial (audiencia preliminar en la que un magistrado decide, tras la comparecencia de las partes y los testigos, si existe causa para seguir adelante con la acusación, o por el contrario, se exonera al imputado de responsabilidad, con lo que terminaría la causa contra él). 

Tras esta interesante aportación, le tocó el turno de palabra a Antonio Lastra quien, desde una perspectiva más filosófica, instó a cambiar el lenguaje y dejar de usar términos prestados que no dicen nada. Recuerda que la posición de Platón frente a la corrupción es la de la ciudad de los cerdos. Los seres humanos, cuando conviven son cerdos que buscan un bienestar material sostenido que no les haga pensar, derivando hacia el lujo y el olvido de lo necesario. Frente a esta opción estaría la ciudad del logos (la palabra); hay que plantearse que queremos al vivir en sociedad. Entiende que hay que ponerse de acuerdo en cosas elementales para luego tener una amplísima comunidad de diferencias. 

Pone muchas esperanzas en la educación de la sociedad, pero no tanto en la universitaria que, según sus propias palabras "es una máquina de especialización cuando funciona bien", sino en la educación secundaria, tomando como modelos los liceos franceses de la III República. Se refirió también a la "obscenidad" del enriquecimiento, teniendo en cuenta que vivimos en un lugar pequeño con recursos limitados en el que uno se enriquece a costa del empobrecimiento de otro. Con todo, no cree que el sistema en sí sea corrupto, pero tampoco que la constitución sea un dogma inalterable. Aunque pudo servir para evitar un nuevo conflicto, nuestro país se ha modernizado y determinados miedos deben desaparecer. Quizás haya llegado el momento de otro proceso constituyente.

Por último, intervino Roberto Centeno, quien describió la corrupción no como un problema, sino como El Problema. Para él, más que un sistema democrático, basado en el principio de libertad, tenemos un régimen de poder regido por el principio de autoridad de los partidos. Los diputados responden ante los partidos, no ante los ciudadanos. El verdadero problema estaría en la corrupción institucional derivada del consenso postfranquista, que dio lugar a un estado inédito y económicamente inviable, con 17 centros de poder político que se reparten los partidos y que prima a los partidos separatistas. Las autonomías, según señala, se erigen como verdaderos estados donde reina el despilfarro y la colocación de familiares y amigos en empresas públicas. Es más, según él hemos "superado" al estado federal (como el alemán), donde el gasto no centralizado es un tercio del gasto total, cuando aquí son dos tercios, con lo que el gasto cenralizado español ya no garantiza poder cubrir las necesidad del país. 

Critica el aumento del número de empleados públicos por encima de lo necesario y que apenas un tercio hayan entrado a través de oposiciones verdaderamente libres e iguales, mientras que el resto hayan entrado a través de oposiciones a medida; asimismo, también critica el nivel salarial del funcionariado español, por encima de la media de la empresa privada. Denuncia que el endeudamiento masivo para financiar nuestro déficit no va a nuestra economía productiva, a las familias ni a los más necesitados y advierte que se está generando una sociedad dual, con grandes diferencias sociales y en la que los partidos no tienen piedad ante los gobernados.

Asistentes al debate.
Hay veces que el turno de preguntas se resuelve por los pelos y de modo apurado por la intervención del propio moderador/organizador del acto haciendo una pregunta ya preparada para la eventualidad de una sala llena de asistentes que miran al techo y se hacen los despistados. No fue el caso. Hubo un número notable de preguntas, algunas verdaderos soliloquios, y respuestas variadas. 

Un asistente planteó que es ahora, más que en el periodo de la transición, cuando habría más riesgo de conflicto debido a los separatismos nacionalistas, haciendo referencia al fenómeno de la balcanización. Los ponentes no acababan de compartir ese riesgo, unos, porque consideran que hay instrumentos suficientes para garantizar la unidad nacional y, otros, porque entienden que, si una mayoría de ciudadanos lo decidiera, no debería haber problema. En cualquier caso, y esto es mi opinión, no se trata de algo tan sencillo como hacer una votación puntual (y habría que ver además en que circunstancias). Si a alguien le interesa, desarrollo algo más esa cuestión aquí

Se llega a abogar por un cambio constitucional que establezca una estricta separación de poderes y el cambio a un sistema electoral de circunscripciones uninominales con posibilidad de libre presentación de candidaturas, con lo que se respondería directamente ante los electores y no ante el partido que te incluya en una lista. Aunque es una posible opción muy respetable, alguno de los ponentes recuerda que ello no ha evitado en los países donde se practica que sean los partidos quienes pongan a los candidatos ni que se produzcan casos de corrupción. Incluso la estricta separación de poderes no es tampoco la panacea, aunque ayude. Se señala a la Administración como el verdadero poder fáctico del país, contra el que es muy difícil luchar por la falta de medios judiciales, derivada al parecer de algún asistente por una falta de voluntad política y un gasto excesivo en otras áreas que ha dejado verdaderamente sin presupuesto esta cuestión.

La economía es un tema que no puede faltar entre las preguntas y el panorama que se nos pinta en las respuestas es más bien negro. Los pasivos en circulación que constituyen nuestra deuda rondan el 100% del PIB. El rescate ya no es una opción. ¿Por qué? Porque al inicio de la crisis nos endeudamos para devolver la deuda al exterior, y nuestra deuda la comenzaron a adquirir bancos españoles con lo que ahora, resulta que el 85% de nuestra deuda está en manos nacionales. Por ello, la deuda española es ahora una cuestión básicamente nacional y una quita sólo nos afectaría a nosotros; no como el caso griego, en que acreedores extranjeros se vieron obligados a hacer grandísimas quitas. Aquí me gustaría arrojar una luz de esperanza y una visión un poco menos catastrófica que es la que ofrece la Fundación de Estudios Financieros en su informe Desapalancamiento y Crecimiento en España, al cual dediqué una amplia entrada hace mes y medio.

Se trataron más cuestiones, como la necesidad de revertir el escepticismo de los ciudadanos ante nuestras instituciones; el modo en que nuestro sistema tiende a fagocitar a los disidentes; y críticas a la elección política de los miembros de la cúpula del poder judicial, lo que va en detrimento de su independencia y otorga a los partidos control sobre ellos.

No termino sin mencionar una reflexión de uno de los ponentes que comparto: La política no representa todas las facetas del ser humano. Quédense con ella y reflexionen y debatan sobre todas las cuestiones que les afecten en todos los ámbitos de su vida. Denle a la política su justo lugar, pero no se vuelvan cínicos. Si algo no les gusta, hay modos alternativos, y mucho más efectivos, que la pancarta y el eslogan fácil y pegadizo para cambiarlo.






 

2 comentarios

  1. Respuestas
    1. Hice un cierto trabajo de síntesis para que no se hiciera pesado, pero lo cierto es que se habló mucho y de un modo ágil y ameno. Confío en haber transmitido al menos la esencia del evento.

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