viernes, 9 de enero de 2015

A río revuelto, ganancia de pescadores: ¿Quien gana y quien pierde con los atentados islamistas?

El atentado contra Charlie Hebdo y las subsiguientes muestras de terror islamista, que al final, y gracias a una eficaz acción de las fuerzas de seguridad francesas, han acabado con la muerte de sus autores, tiene repercusiones que van más allá de lo que parece. Unos mismos hechos pueden ser empleados con diferentes fines, como de hecho está pasando.

Si ya era una mala noticia la presencia creciente de movimiento xenófobos en Europa, un hecho de estas características les sirve para justificarse y lograr más apoyos. Para muestra, un botón. El movimiento alemán PEGIDA (Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente) no ha hecho más que crecer desde su nacimiento en octubre pasado. No es el primer ni el último movimiento de este tipo, pero en cualquier caso debe despertar nuestra preocupación, pues lleva a hacer pagar justos por pecadores. Ayer mismo se registraron ataques contra tres mezquitas en París, consecuencia directa del atentado.

En línea con lo anterior, diversos movimientos islamistas pueden aumentar su influencia sobre una población musulmana que se considera a sí misma mirada con recelo, atacada y discriminada por su religión. Si en lugar de abrirse, las comunidades musulmanas europeas se repliegan sobre sí misma, serán un perfecto caldo de cultivo para una progresiva radicalización. De hecho, de la información obtenida hasta ahora sobre los autores de la masacre del Charlie Hebdo, no está del todo claro si se trataría de luchadores yihadistas franceses que hubieran vuelto al país (una de las mayores preocupaciones, no sólo francesa, de los servicios de inteligencia de los principales países europeos), o franceses radicalizados en Francia.

Creo vital distinguir entre el musulmán de a pie y el islamista. Una criminalización de todo un colectivo impide lograr el apoyo de la gran masa que, entiendo, está en contra del uso de la violencia. Lo ideal sería que, con la colaboración de esta masa, se pudiera expulsar los elementos que la corrompen. Del mismo modo, deben comprender también que las críticas que se pueden verter, no son necesariamente contra el Islam, contra su sistema de creencias, sino contra aquellos que dicen representar la voluntad de Dios y crean el terror. Ahí no hay nada divino, se trata de la dominación de unos hombres por otros hombres. Las famosas caricaturas danesas de Mahoma iban precisamente en ese sentido.

Las redes sociales están jugando un gran papel tanto en hacer visible el terror islamista como las muestras de rechazo al mismo. No sé si los hechos de estos días marcarán un punto de inflexión para mejor o para peor, pero sí que no dejarán indiferente a nadie. Del mismo modo que son instrumento de captación de potenciales terroristas, pueden ser un poderoso instrumento de educación, información y seguridad si son bien usadas. Lo mejor que se puede hacer ahora es buscar la mayor unidad posible y dar una respuesta clara y contudente a los que buscan el terror: no van a ganar.

España conoce ya el terrorismo yihadista y las fuerzas de seguridad llevan años siguiendo con preocupación el éxodo de jóvenes musulmanes españoles que van a luchar a Siria o Irak y que en algún momento volverán a España con esa experiencia y muy radicalizados. Los problemas que afectan a Francia nos afectan por igual. Educación y prevención son las únicas armas que a largo plazo pueden dar algún resultado. Espero que no sea tarde.

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