martes, 19 de marzo de 2024

Jerome K. Jerome: El arte de cuidar y gobernar a las mujeres

Jerome K. Jerome (1859-1927), fue un conocido escritor satírico británico, especialmente reconocido por su su obra, "Tres hombres en barca" (1889), que recoge un viaje parcialmente autobiográfico por el Támesis, siendo los personajes, salvo el perro, trasuntos de sus mejores amigos. Las localizaciones son tan reconocibles hoy como en el momento que se escribió, lo que explica la cantidad de reimpresiones habidas hasta la fecha. Su continuación, "Tres ingleses en Alemania", no alcanzaría el mismo éxito, pero merece la pena leerla pues algunos episodios, como el de las almohadas y los besos (Kissen y Küssen son cosas realmente diferentes), son especialmente hilarantes.

 

La infancia y juventud del autor podría hacer salido de cualquier obra dickensiana, ya que fue complicada y marcada por la pobreza, viéndose obligado a dejar la escuela y ejercer diferentes trabajos desde que queda huérfano a los 13 años. Sin embargo, salió adelante tras ejercer diferentes oficios que pasaron de la recogida de trozos de carbón caídos de los trenes para una compañía ferroviaria, a la enseñanza y un bufete de abogados. Tras unos tímidos pero prometedores comienzos literarios con "Pensamientos ociosos de un ocioso" (Idle Thoughts of an Idle Fellow) en 1886, el éxito de "Tres hombres en barca" le dio la estabilidad económica que siempre buscó y le permitió dedicarse por entero a la literatura. Durante la Gran Guerra, fue rechazado como voluntario por el ejército británico, pero acabó sirviendo para el francés como conductor de ambulancia, una experiencia que le marcaría.

Esta admirable edición en tapa dura de 1946 de Ediciones Lauro, dentro de su colección El club de la alegría, bajo el engañoso título "El arte de cuidar y gobernar a las mujeres", recoge en realidad "Second thoughts of an idle fellow" (1898), continuación directa de su primer libro de 1886. La estructura es similar, recogiendo cada capítulo deliciosos relatos que pueden ser leídos de modo independiente sobre la felicidad conyugal (ese gran oxímoron) y como mantenerla (especialmente destacables, los consejos sobre la luna de miel); las convenciones sociales; la (falta de) racionalidad del hombre y la mujer; el horror de la navidad y otros muchos temas tratados con ironía y verdadera flema británica.

Para haber sido escrito hace más de 125 años, sorprende lo poco que han cambiado las situaciones descritas, recubiertas ahora de una pátina mayor de tecnología, pero iguales en lo esencial.

viernes, 12 de enero de 2024

Una de fantasmas: Historias sobrenaturales de M. R. James

Soy una persona escéptica y poco dado a creer en espíritus, pero eso no es óbice para que adore las historias de fantasmas. Estamos en una época muy tecnificada y con inmensos avances en todos los campos del conocimiento, pero eso no significa que no nos sintamos atraídos por lo desconocido, lo (aparentemente) inexplicable y lo macabro. Exactamente la misma sensación tenían nuestros contemporáneos de la segunda mitad del XIX y principios del XX, que habían visto progresos agigantados tras las sucesivas revoluciones industriales, situación que paradójicamente llevó también a un aumento del interés por la parapsicología y el ocultismo por parte de personas formadas, como fuera el propio Arthur Conan Doyle, y una edad dorada del cuento de fantasmas.


Montague Rhodes James (1862-1936), erudito británico especializado en la Edad Media y las antigüedades, encontró tiempo para escribir y publicar entre 1894 y su fallecimiento una treintena de relatos de fantasmas en los que la influencia del irlandés Sheridan Le Fanu (1814-1873), no solo es reconocible sino reconocida por el autor, quien siente gran admiración por él y así lo manifestó en reiteradas ocasiones. A su vez, recibió elogios del propio Lovecraft, con quien compartía no pocas similitudes en la composición de sus historias.

Los relatos de James son muy realistas, con personajes de entornos que el autor conocía muy bien: profesores, bibliotecarios, anticuarios, estudiosos de la religión... y, a diferencia del género gótico o los cuentos victorianos de fantasmas clásicos, situados en el presente, dentro de una normalidad que, merced a la creación de una atmósfera adecuada nos va conduciendo a un final opresivo; arrojando pequeñas pistas que cobran sentido en el desenlace final. 

El realismo de las situaciones se acrecienta con la invención de textos en latín y referencias a libros que no existen, técnica que emplean con éxito escritores contemporáneos como Lovecraft con su Necronomicón o el texto de R'lyeh. Su faceta erudita ayuda a dar verosimilitud a estas referencias, de las que tampoco abusa. 

Los relatos incluidos en el volumen "Historias Sobrenaturales" (Mirach S.A., 1991) son básicamente los recogidos en sus primeras dos recopilaciones de relatos: "Historias de fantasmas de un anticuario" y "Más historias de fantasmas de un anticuario", editados ambos en España por Valdemar. Entre ellos, "El fresno" (ya no mirarás las ramas del árbol cercano a tu ventana del mismo modo), "El número 13" (conocerás un hotel menos en que alojarte) y "El maleficio de las runas" (donde se demuestra que, donde las dan, las toman; si lo leen, entenderán justo al final) me parecen especialmente destacables y no dejo de ver una huella de humor negro e incluso de justicia poética en ocasiones. 

¿Qué relatos de fantasmas me pueden sugerir?

jueves, 4 de enero de 2024

Magallanes, la gesta que cambió el mundo relatada por Stefan weig

Stefan Zweig (1881-1942), es quizá el escritor europeo más importante de la primera mitad del siglo XX y sus obras, especialmente su autobiografía póstuma "El Mundo de Ayer" (1942), son claves para entender la Europa que acabó desembocando en el auge de los totalitarismos y la 2ª Guerra Mundial. Nadie como él ha plasmado por escrito el tránsito del mundo de la seguridad y la idea del progreso indefinido de la humanidad a una situación de perpetua incertidumbre y miedo, que caracteriza el golpe que supuso para la sociedad europea el estallido de la Gran Guerra.

Stefan Zweig en los años 30. Fuente: Wikipedia.

Nacido en el seno de una familia austriaca acomodada y cosmopolita, con una esmerada educación y avidez lectora, pronto destacó en el ámbito de las letras con unas novelas donde la profundidad psicológica de los personajes, muy influida por las tendencias del novedoso psicoanálisis, junto con un estilo directo y elegante, se ganaron el favor del público. El éxito económico de sus trabajos, junto con su propia fortuna personal, le permitieron realizar largos viajes y mantener siempre una visión abierta y cosmopolita del mundo, que se refleja en todos sus escritos y en su faceta de activista antibeligerante y defensor de sociedades abiertas, oponiéndose a políticas revanchistas derivadas del fin de la 1ª Guerra Mundial. 

En la historia encontró siempre inspiración y motivación para seguir adelante, al menos hasta el momento en que, exiliado en Petrópolis (Brasil) a principios de 1942 y creyendo que el nazismo acabaría dominando el mundo, se suicidó junto con su segunda mujer ingiriendo veneno. No se le puede culpar de derrotismo, toda vez que, desde inicios de los años 30, había visto la publicación de sus obras prohibidas en Alemania, su Austria natal e Italia, por gracia y obra de leyes raciales injustas y absurdas, teniendo incluso que acabar exiliado.

Pese a ello, sus obras de corte histórico y biografías son de lo más destacado de su obra. La magnífica biografía de "Fouché" (1929) casi nos permite palpar la Francia de la Revolución Francesa hasta el periodo de la Restauración Borbónica y nos da una visión sin parangón un verdadero animal político; una persona con una prodigiosa capacidad de adaptación a las circunstancias y maestro en mover los hilos desde las sombras. "Momentos estelares de la humanidad" (1927, aunque su forma y extensión definitiva la adquiriría en la versión inglesa de 1940), reune 14 episodios de diversa trascendencia que van desde el asesinato de Cicerón hasta el fracaso del presidente norteamericano Woodrow Wilson en lograr que prosperaran sus 14 puntos, que debían servir de base para un tratado de paz duradero y no revanchista de la 1ªGM. Lamentablemente, en su lugar, se sentaron las bases para el posterior conflicto.

Tuve la suerte de leer este libro en la cuidada edición en tapa dura de Juventud de 1950

"Magallanes, el hombre y su gesta" (1937), es un maravilloso relato de cómo se gestó la primera vuelta al mundo en barco de la edad moderna, desterrando para siempre la idea de una tierra plana, y encontrando, aunque fuera partiendo de un error, el prometido paso por el sur hasta las "islas de las especias" (Islas Molucas, situadas en la parte oriental de la actual Indonesia). 

Magallanes fue un caballero portugués de origen algo oscuro, pero curtido en viajes naúticos, ya que participó en expediciones a las indias siguiendo el contorno del continente africano, ruta descubierta por Vasco de Gama entre 1497-1499. Gracias a sus contactos con importantes cartógrafos de la época y acceso a la información de los navegantes que volvían de cruzar el Atlántico, se convenció de la existencia de un paso por el sur del continente americano que permitiera llegar a las Molucas sin necesidad de pasar por aguas africanas ni el Índico, donde los comerciantes musulmanes ya estaban bien establecidos y su influencia sobre los gobernantes locales, para evitar la existencia de competencia, era notable.

Fiel a su patria, ofreció en primer lugar el proyecto a Manuel I de Portugal, pero fue rechazado y decidió proponerlo al monarca español, Carlos I, quien si lo aceptó, firmándose una capitulaciones con los términos del acuerdo en caso de éxito de la expedición. Toca recordar que en 1494 se había firmado el Tratado de Tordesillas, que establecía las respectivas áreas de influencia de la corona portuguesa y española en el Atlántico y en relación a la conquista del Nuevo Mundo, pero que también suponía que la ruta a las Indias por el Cabo de Buena Esperanza quedaba vedado para la corona española. Así, no es de extrañar el interés del monarca español en una ruta alternativa que evitase el conflicto con los portugueses.

Tras una meticulosa tarea de aprovisionamiento y puesta a punto de las cinco naves que formarían parte de la expedición, ésta salió de Sevilla el 10 de agosto de 1519 y sólo una de las naves, la Victoria, completaría la gesta, llegando a Sanlucar de Barrameda el 6 de septiembre de 1522, comandada por Juan Sebastián Elcano y 18 marinos supervivientes. 

Representación del viaje de Magallanes alrededor del mundo incluido en la edición de editorial Juventud de 1950. Siempre hacia el oeste, hasta el punto de partida

Yendo siempre hacia el oeste, Magallanes encontró el paso al Pacífico por el estrecho que lleva su nombre, logrando cruzar con cuatro de sus naves, ya que una se había perdido en las costas de la actual Argentina, pero después de haber tenido que lidiar con amotinamientos y una hibernada forzosa en el sur de Brasil. No lo pasarían mejor cuando se enfrentaran a los inesperados cien días de navegación por el Pacífico, que les llevó al límite de sus fuerzas, casi sin comida ni bebida, hasta que llegan a los costas de la actual Filipinas, donde Magallanes acabará encontrando la muerte por exceso de confianza en las capacidades militares occidentales frente a los indígenas. Irónicamente, se encontraba a poca distancia de su verdadero objetivo. 

El libro de Zweig nos mete de lleno en el contexto político de la época, el conocimiento científico y las maravillas que se cuentan en relación al Nuevo Mundo y otras regiones que apenas acaban de ser descubiertas de África y Asia. El retrato que se pinta de Magallanes es el de una persona enérgica, tozuda en ocasiones, pero nunca cruel o arbitraria, con una sorprendente habilidad diplomática en su trato con los indígenas, a los que intenta atraer desde un trato entre iguales más que someter por la fuerza, como hicieron los españoles tras su muerte. Las dudas, el sufrimiento, la desesperación y la alegría de la tripulación se suceden a medida que se superan obstáculos, pero siempre con una desconfianza de fondo hacia ese portugués barbudo y menudo, del que los españoles nunca se acaban de fiar.

La conclusión a la que llega Zweig, que la historia no ha sido todo lo justa que debiera con Magallanes, no deja de tener una parte de verdad. Fue Elcano quien se acabó llevando la gloria, pese a que fue uno de los primeros amotinados contra Magallanes, quien le perdonó la vida. Con todo, hoy día se le reconoce en mayor medida el mérito que merecía y, la visión del propio Zweig, igual se dejó llevar por prejuicios sobre los españoles, aunque en lo esencial es más que correcto y cuidadoso con los datos históricos objetivos.

Si ya han leído obra de Zweig, sigan haciéndolo, si no lo han hecho, no pierdan la oportunidad de comenzar.


domingo, 31 de diciembre de 2023

Kanikosen: Takiji Kobayashi y la conciencia social japonesa

Takiji Kobayashi (1903-1933) vivió tiempos convulsos, a caballo entre la declinante era Meiji, la inestable pero esperanzadora era Taisho y un decepcionante inicio de la era Showa, caracterizado por unafuerte autocracia y represión de la disidencia. Nacido en Odate (Akita) y criado en Otaru (Hokkaido), acabó uniéndose al partido comunista en 1931. Poseedor de una gran conciencia social y dotes para la escritura, firma diversas obras relativas a las durísimas condiciones laborales de la época, siendo la más famosa, y que eventualmente le costaría la vida, Kanikosen ("El cangrejero").

Takiji Kobayashi poco antes de su muerte. Fuente: Wikipedia

Si bien es cierto que la Revolución Industrial que arranca en el siglo XIX en Europa y Estados Unidos provocó gran desigualdad y una migración sin precedentes del medio rural al urbano, hacinándose en verdaderas infraviviendas, en condiciones de dudosa salubridad, el caso japonés posee unas características peculiares, derivadas del proverbial aislamiento japonés,que no se rompió hasta las visitas del comodoro Perry y sus "barcos negros" en 1853 y 1854.

Entonces, un debilitado shogunato que llevaba 250 años rigiendo el país y que resistiría agónicamente tres lustros más, reconoció de modo pragmático no poder enfrentarse a la superior tecnología militar occidental, firmando en 1854 el Tratado de Kanagawa, que concedía acceso a los puertos de Shimoda y Hakodate para comerciar. Éste sería complementado en 1858 con la firma del Tratado de Harris o Tratado de Amistad y Comercio, que concedía múltiples derechos comerciales y extraterritorialidad a los extranjeros.

Fue el primero de los múltiples tratados desiguales de libre comercio firmados por Japón con potencias occidentales, ya que rusos, británicos, franceses, alemanes y otros vendrían después; una verdadera humillación para Japón, que no tardó en aceptar a regañadientes que la confrontación con los extranjeros no resolvería el problema. Rebeliones tan graves como la de Satsuma en 1873, casi ponen en jaque al recién estrenado gobierno del Emperador Meiji y sofocarla costó miles de hombres.

Con todo, Japón hizo lo que mejor sabe hacer: aprender y mejorar. Fueron enviadas misiones de estudio al extranjero en todos los ámbitos de la ciencia, el derecho, la economía... Así mismo, se fundaron nuevas instituciones de enseñanza al estilo occidental y se atrajo a profesorado extranjero cualificado ofreciendo todo tipo de beneficios. Las lenguas fueron un campo donde sobresalieron, traduciéndose numerosas obras extranjeras de todo tipo. Es verdad que los estipendios percibidos por estos estudiantes en el extranjero no siempre daban para vivir, como relataba el propio Soseki Natsume en relación a su estancia en Londres de 1900 a 1902.

Para finales de siglo, la industria japonesa había progresado espectacularmente, con indicadores de crecimiento disparados, como el aumento exponencial en consumo de carbón, exportaciones, red ferroviaria o flota mercante. No menos importante, su industria y organización militar dieron verdaderos pasos de gigante. La victoria en la guerra sino-japonesa (1894-1895), supuso un revulsivo frente a la humillación sufrida 40 años atrás; sentimiento que se consolidó con la victoria en la guerra ruso-japonesa (1904-1905), fruto de las ambiciones expansionistas de ambas potencias.

Lamentablemente, estas victorias embriagaron al estamento militar y un poderoso sector de nuevos conglomerados industriales (Zaibatsu), dando lugar a una corriente militarista y ultranacionalista que, en nombre del Emperador, serviría de excusa para la ocupación de Manchuria y Corea, antes del inicio de la 2ª Guerra Mundial. Paradójicamente, la debilidad mental y física del emperador Taisho, que sufrió una meningitis de niño que explica muchos de sus problemas de salud, permitió una menor injerencia en la actividad del parlamento y el florecimiento de una efímera democracia liberal, concediendo finalmente el derecho al sufragio universal (masculino) a todos los mayores de 25 años en 1925. La Constitución Meiji de 1889 apenas concedía el derecho de voto al 4% de la población, igual que ocurriera en las propias democracias occidentales en sus inicios.

El coste social y humano de la acelerada revolución industrial no fue menor en absoluto. Las innovaciones tardaron mucho en llegar a las empobrecidas zonas rurales, que eran sometidas a fuertes cargas fiscales que sirvieron para sufragar la industria. El tránsito del campo a la ciudad vino acompañado de penalidades, incluyendo el abuso sistemático a que eran sometidos los trabajadores no cualificados por empresarios sin escrúpulos, que aprovechaban una laxa legislación laboral.

Amigos de Takiji velan su cadaver, con evidentes signos de tortura a manos de la Policía Imperial Japonesa. Fuente: Wikipedia

Takiji Kobayashi reflejó en su obra un caso de huelga que tuvo éxito, en un barco cangrejero en aguas de Kamchatka, y lo pagó caro, muriendo por las terribles lesiones infligidas mediante tortura por la Policías Imperial Japonesa.

Portada de la reimpresión de 2023 de Kanikosen por la editorial Gallo Nero
 

En España, su novela fue publicada por primera vez en 2010 con el título "El pesquero" por Ático de los libros. Por su parte, la adaptación al manga de Go Fujio, publicada por Gallo Nero en 2014, cuenta con una reciente reimpresión en 2023 de muy buena factura.

Espero que disfruten de la lectura.

martes, 21 de noviembre de 2023

La mala semilla que fructificó

Existen escritores cuya calidad literaria es discutible, pero que gozan de gran éxito, y aquellos que contando con un buen estilo en sentido formal, además de un contenido a la altura, obtienen éxito de crítica pero no así de difusión al público de su obra. El escritor estadounidense William March (1893-1954), pseudónimo de William Edward Campbell, quien utilizó el apellido de soltera de su madre como nom de plume, se encuentra en este segundo caso y su prematura muerte a los 60 años de edad es todavía más trágica si tenemos en cuenta que tuvo lugar apenas un mes después de la publicación de su obra más reconocida, "La mala semilla".

Sin estropear la lectura, ya puedo adelantar que sentirán un ambiente opresivo y deprimente en ocasiones, así como una intensa sensación de fatalidad y de imposibilidad de luchar contra un destino que empuja a tomar decisiones drásticas y dolorosas. En un breve lapso de tiempo, Christine, la madre protagonista de esta historia, que cuenta con el respeto y la amistad de la comunidad en que vive, pero cuyo marido, se encuentra en el extranjero por largos periodos por cuestiones laborales, cobra conciencia de la terrible realidad sobre la personalidad de su hija; acontecimientos del pasado, que pasaron por accidentes, adquieren nueva significación y desencadenan un final con sensación de déjà vu.

La acción transcurre principalmente en un barrio de la clase media-alta estadounidense de los años 50 del siglo pasado, con toques ligeramente biográficos, ya que el padre ausente, como el propio March, fue militar, participando como voluntario en los marines en la 1ª Guerra Mundial y posteriormente se dedicó al mundo de los negocios, donde tuvo éxito; todo ello pese a provenir de una familia con escasos medios y once hermanos, dos de los cuales murieron siendo niños, y no haber podido tener una educación formal continua. Quizá la influencia materna, algo más formada que el padre, y una sana ambición de prosperar, fue lo que llevó a March a terminar posteriormente sus estudios de secundaria e incluso cursar estudios de Derecho en la universidad, aunque la falta de fondos le llevó a dejarlo la primera vez.

Junto con su deseo de mejorar, March inició una carrera literaria reconocida por la crítica, con un moderado éxito inicial de su "Compañía K" (1933), que relata sus vivencias durante la Gran Guerra a través de cortas estampas de cada uno de los 113 soldados que formaban parte de su unidad. El resto de sus obras fueron igualmente bien recibidas, si bien no con grandes tiradas, y no vivió lo suficiente como para disfrutar del merecido éxito de "La mala semilla".

Lo más inquietante de la novela es la naturalidad de la situación. Ninguno de los episodios es per se peligroso ni fuera de lugar, pero la atmósfera de terror se cierne sobre nosotros y nos atrapa antes de darnos cuenta. 



sábado, 18 de noviembre de 2023

Cuando la familia es lo que importa: La tía Mame

La literatura universal está repleta de ejemplos de parientes peculiares, cuya interacción con la familia deja resultados impredecibles, destacando entre ellos los tios; esa figura cuasi mítica, cercana pero a la vez un perfecto desconocido o, peor aún, demasiado conocido. Pocos sin embargo lograrán superar a "La Tía Mame", creada por el escritor estadounidense Patrick Dennis (1921-1976), cuyo nombre real era Edward Everett Tanner III, inspirado en la hermana de su padre.

La tía Mame, un ejemplo perfecto de la bohemia de la Belle Epoque estadounidense, con ideas originales y heterodoxas sobre prácticamente todo, se hará cargo de Patrick Dennis (sí, el autor escribe en primera persona usando su nom de plume), hijo de 10 años de fallecido hermano, lidiando a su vez con el fideicomisario nombrado en el testamente y garante de que Patrick reciba una educación tradicional, representando toda la ortodoxia y el convencionalismo en oposición a la tutora legal.

La acción inicial transcurre meses antes del crack de 1929 y se extenderá a lo largo de tres décadas. Desde el primer encuentro queda patente que nada será normal. Pese a que Patrick ingresa en una típica escuela masculina de la época, la San Bonifacio, con todos los prejuicios, maltratos y puritanismo de la época, la influencia de la tía Mame le hará convertirse, en ocasiones a su pesar, en un hombre de mundo con mentalidad abierta y tolerante, buen reflejo de la personalidad del autor, que poco o nada tenía de esnob.

La novela no fue un inmediato éxito de ventas, y de hecho el manuscrito fue rechazado hasta quince veces antes de ser publicado en 1955, sino que requerió de una elaborada estrategia de marketing entre el autor y algunos amigos suyos, quienes la colocaban directamente a los libreros merced a una brillante autopromoción. La calidad de la obra, con un indiscutible sentido del humor británico y personajes con los que el público podía llegar a identificarse, hizo el resto, manteniéndose 112 semanas entre los más vendidos: ¡Dos millones de copias en cinco lenguas!

Patrick Dennis fue un tipo curioso, excéntrico como sus propios personajes, pero un liberal democrático como el mejor John Stuart Mill. Participó en la 2ª Guerra Mundial como conductor voluntario de ambulancias en el norte de África por el AFC, lo que en buena medida explica su marcada oposición al antisemitismo, muy arraigado en la cultura popular estadounidense previa a la guerra y de la cual quedan innegables conatos, si atendemos al discurso de muchos seguidores del actual Partido Republicano. 

Su vida personal es incluso más compleja, pues durante años llevó una vida heterosexual convencional, hijos incluidos, para acabar sus días siendo un conocido activista de la comunidad gay de Greenwich Village. En lo profesional, una vez su obra quedó "pasada de moda", por la aparición del movimiento hippy y la contracultura de los años sesenta, menguando sus ingresos, no vio problema en emplearse como mayordomo, con su verdadero nombre, para un ejecutivo de MacDonalds que siempre ignoró que era el famoso Patrick Dennis.

Un cáncer de pancreas nos arrebató su talento a los 55 años, pero su obra, que durante décadas quedaría descatalogada, fue objeto de nuevo interés con el paso de milenio, volviendo a su puesto natural en lo más alto. En España, la editorial Acantilado ha recuperado tanto "La tía Mame" como su secuela, "La vuelta al mundo con la tía Mame" (1958), así como una obra humorística de corte autobiográfico, "Genio" (1962).

Como complemento, ya que me vinieron a la cabeza apenas leí el libro, les recomiendo las aventuras de "Mi tío Oswald", de Roald Dahl, y "Viajes con mi tía", de Graham Greene; otra pareja de tios con los que a buen seguro uno no se aburrirá.

domingo, 12 de noviembre de 2023

Atatürk y cien años de kemalismo en Turquía, una recapitulación

Mustafa Kemal Atatürk (1881-1938), reconocido militar y estadista turco, fundador de la moderna República de Turquía, fue un hombre que llegó en el momento adecuado al lugar adecuado. Nacido en Salónica, actualmente Grecia, pero en aquel momento parte de los dominios del Imperio Otomano, se formó en un liceo militar, donde se aplicaba una educación de corte occidental, y destacó por su capacidad de trabajo, ambición y análisis de la situación del Imperio Otomano en relación con el resto del mundo. 

No hay que olvidar que, a finales del siglo XIX, éste era apenas una sombra de lo que había llegado a ser, con un control puramente nominal en países como Egipto, que eran de facto independientes, y más que endeble en otros como Siria o Palestina. Las reformas llevadas a cabo en el periodo comprendido entre 1939 y 1876, conocidas colectivamente como Tanzimat, para modernizar las estructuras del estado y hacer frente a la presión de las potencias occidentales, si bien no sirvieron para evitar la desintegración posterior del Imperio, si tuvieron la virtud de sentar las bases para la creación de la actual Turquía, que surgió de las cenizas de la Primera Guerra Mundial.

Mustafa Kemal era consciente de esta debilidad e impulsó y tomó parte desde bien joven en actividades revolucionarias que buscaban modernizar el Imperio Otomano y acercarlo a los cánones de Occidente, sin perder su esencia propia. En la academia militar, donde se graduó en 1905 como capitán de Estado Mayor, editó un periódico clandestino y organizaba reuniones secretas; al ser descubiertas, ello le valió ser destinado a Damasco como castigo, si bien continuó con sus actividades y fundó en 1906 el movimiento Vatan ve Hürriyet (Patria y Libertad), que acabaría integrándose en el Comité de Unión y Progreso, más conocido como Jóvenes Turcos. 

Los Jóvenes Turcos restaurarían en 1908 el parlamento que el sultan Abdul Hamid II (1842-1918) había disuelto sine die en 1878 y gobernaron hasta el fin de la Gran Guerra, pero no pudieron evitar la debacle posterior del Imperio. En ese mismo periodo, Mustafa Kemal se labró una merecida fama como militar competente y carismático, siendo su hazaña más conocida la defensa de Galípoli en 1915 frente a las fuerzas conjuntas británicas, francesas y de los ANZAC (australianos y neozlandeses). En un contexto de fuertes derrotas, mantener este punto clave fue toda una inyección de moral y orgullo para los turcos.

Nada pudo evitar, sin embargo, la capitulación turca en 1918, con la pérdida de los territorios étnicamente no turcos, y la firma del infame Tratado de Sévres, que pretendía repartir lo que quedaba de Turquía, básicamente la península de Anatolia, entre las potencias vencedoras. De haberse llegado a ratificar, habría supuesto la desaparición de Turquía para siempre. En su lugar, Mustafa Kemal abandonó Estambul de incógnito en el vapor Bandirma, con destino a Samsun, situado en la costa del Mar Negro y creó de facto un gobierno alternativo al del sultán: el Movimiento Nacional Turco, cristalizado en torno a los congresos de Erzurum (23 de julio) y Sivas (4 de septiembre) en 1919.

Solo unos pocos años separan estos dos mapas, uno previo a la Gran Guerra y el otro en torno a 1923. El Imperio Ruso desaparece, como igualmente lo hace Austro-Hungría y el Imperio Otomano, para dejar paso a nuevos países
 

Lo que siguió fue una larga Guerra de Independencia, en la que las potencias ocupantes se fueron retirando progresivamente; algunas mediante acuerdos, como Rusía en marzo de 1921, e Italia y Francia en octubre de 1921, disminuyendo así los frentes abiertos para el Movimiento Nacional, que pudo centrarse el único enemigo restante: los griegos, cuyo ejército sería duramente dañado en la batalla de Sakarya, (23 de agosto a 13 de septiembre de 1921), encabezada por Ismet Inönü, debiendo replegarse a su base en Esmirna tras más de 20 días de duros combates.  La guerra concluiría con la firma del Tratado de Lausana en julio de 1923, que reconocería las fronteras actuales de Turquía así como el gobierno de Mustafa Kemal, confirmando la pérdida de todos los territorios fuera de la península de Anatolia, salvo una pequeña sección de Tracia Oriental.

El 29 de octubre de 1923, la Asamblea Nacional proclamó formalmente la República Turca, terminando con el sultanato (el califato sería abolido en 1924, así como la sharia) y nombrando a Mustafa Kemal como su presidente, a quien le esperaban retos formidables. Años de guerra, habían dejado al país en un estado económico lamentable, con infraestructuras, que ya eran deficientes previamente, todavía peores, y con una sociedad atrasada a la que debía dar un nuevo impulso.

Atatürk enseñando el nuevo alfabeto turco en Kayseri, 20 de septiembre de 1928. Imagen de dominio público. Fuente: Wikipedia
 

Hasta su muerte, el 10 de noviembre de 1938, Mustafa Kemal llevó a cabo importantes reformas en el país, comenzando por la aprobación de una nueva constitución en 1924. La implantación del Código Civil suizo en 1926, termina con la poligamia, introduce el matrimonio civil, elimina el divorcio por repudio y da iguales derechos a las mujeres en relación a las herencias. El estado turco es declarado laico en 1928, circunstancia que se ha mantenido en todas las constituciones turcas hasta la fecha. La adopción del alfabeto latino en 1928, fue de vital importancia, puesto que facilitaba la escritura de la lengua turca, así como la alfabetización de la población, que de modo masivo fue llamado a aprenderlo. Además, se eliminaron palabras extranjeras, árabes y persas en su mayoría, turquificando todavía más la lengua. La educación primaria pasó a ser universal y gratuita, así como la secundaria, que además se volvió mixta. La reforma de los apellidos en 1934, otorgó a todo ciudadano turco uno, en sustitución de la tradición islámica de dar sólo un nombre, siéndole otorgado a Mustafa Kemal por el Congreso el de Atatürk (padre de los turcos).

Atatürk fue un gran defensor de los derechos de las mujeres, entendiendo que eran parte esencial de la sociedad y que no podían quedar constreñidas al hogar y funciones meramente reproductivas. Promovió activamente su educación y entrada en el mercado laboral en las mismas condiciones que los varones y les otorgó el derecho a voto y ser elegidas en elecciones locales en 1930 (se ampliaría este derecho a las nacionales en 1934), mucho antes que otros países presuntamente progresistas.

El sistema de gobierno en vida de Atatürk fue de partido único la mayoría del tiempo, si bien realizó esfuerzos por sentar las bases para la creación de un estado democrático con elecciones competitivas, alentando la existencia de ciertos niveles de oposición. Su prematura muerte le impidió ver realizado su sueño, pero su sucesor, Ismet Inönü, logró consolidar el sistema e iniciar, tras la Segunda Guerra Mundial, el primer periodo de verdadera democracia competitiva en Turquía.

Turquía le debe mucho a Inönü, que pese a sus diferencias personales con Atatürk, con quien no siempre se llevó bien, logró consolidar su legado y conducirlo hábilmente a Turquía como país neutral durante la Segunda Guerra Mundial

Los desafíos a su legado han sido, especialmente tras dos décadas de gobierno islamista de Erdogan, colosales, pero el respeto reverencial con que Atatürk sigue siendo percibido en Turquía, incluso por muchos votantes del Erdogan, son signos indudables de la salud de la herencia que dejó para el pueblo turco. Nunca tuvo hijos propios que continuaran su legado, pero adoptó ocho huérfanos, entre los que estaba Sabiha Gökçen, quien llegaría a ser la primera mujer piloto de combate en las fuerzas armadas turcas. Atatürk dio una gran importancia a la infancia, prueba de lo cual es que la fecha elegida para celebrarlo, el 23 de abril, que coincide con la fecha de fundación de la Gran Asamblea Nacional de Turquía. El Día Nacional de la Soberanía y la Infancia está además dedicado a los niños de todo el mundo, en quien veía los protectores de la soberanía e independencia.

La cantidad de bibliografía sobre el periodo republicano y la figura de Atatürk en turco es simplemente inabarcable. En castellano, no recuerdo haber encontrado nada apenas, con una honrosa excepción, pero en inglés existe una ingente cantidad de material, de la que haré una selección bibliográfica para quien desee conocer más.


Biografías de Atatürk:

- Atatürk - The founder of Modern Turkey. Salâhi R. Sonyel. Turkish historical Society Printing House.

 - Atatürk. The rebirth of a nation. Patrick Kinross. Phoenix paperback. Fue la primera biografía que leí y es un clásico dentro de las dedicadas a Atatürk.

- Atatürk. Andrew Mango. John Murray (publishers). Complemento perfecto de la anterior, entra en mayor profundidad en la complejidad del hombre que se esconde detrás del mito.

- Atatürk. Jorge Blanco Villalta. Como curiosidad, se trata quizá de la primera biografía de Atatürk, publicada en 1939 por quien fuera vice-consul en Estambul entre 1930-1935, y ferviente admirador de su persona y las reformas que llevó a cabo. Mi edición, sin embargo, es una traducción inglesa publicada por la Türk Tarih Kurumu.

-The young Atatürk. George W. Gawrych. I.B.Tauris. Excelente biografía centrada en sus años de formación militar y hasta el fin de la Guerra de Independencia Turca.

- Mustafa Kemal. Yilmaz Özdil. Kirmizikedi. No es exactamente una biografía al uso, sino que recopila hechos y anécdotas de su vida presentados como textos breves.

 

Aspectos políticos y sociales del kemalismo:

- Elites and Religion. From Ottoman Empire to Turkish Republic. Kemal H. Karpat. Timas Publishing. La religión era componente esencial del Imperio Otomano y el actual secularismo turco y sus desafíos por parte del islamismo político sólo se pueden explicar por la relación de sus élites con la religión.

- The Atatürk Revolution. A paradigm of modernization. Suna Kili. Türkiye Bankasi, Kültür Yayinlari. Hasta su prematura muerte, Atatürk introdujo reformas en el país que iban mucho más allá de lo meramente económico, sentando las bases para una democracia duradera que siguiera los seis principios que marcó: republicanismo, nacionalismo, populismo, estatismo, laicismo y reformismo.

- From Empire to Republic. Essays on the late Ottoman Empire and Modern Turkey, vol 1 and 2. Feroz Ahmad. Istanbul Bilgi University Press. Estos dos volúmenes recogen una selección temática de ensayos sobre las ideas de modernización desde el Imperio Otomano hasta Atatürk, así como la percepción desde dentro y fuera del Imperio de la revolución de los Jóvenes Turcos, entre otras cuestiones.

- Turkish politics. Making sense of Nation, Identities and Ideologies. Michelangelo Guida. Orion. De reciente publicación, se trata de un verdadero manual universitario para comprender de modo sencillo la política turca desde el tanzimat hasta la actualidad, tocando cuestiones espinosas como el nacionalismo kurdo.

- The Turkish experiment in democracy 1950-1975. Feroz Ahmad. Westview Press. De carácter marcadamente académico y difícil de encontrar (se publicó en 1977), este libro recorre de modo pormenarizado el desarrollo de la democracia turca, desde el sistema de partido único kemalista, hasta su liberalización y fracasos relativos, examinando el golpe de estado de 1960 y la intervención militar de 1973.

Historia del Imperio Otomano-

- Discovering the Ottomans. Ilber Ortayli. Kronik Books. Ameno libro sobre la sociedad otomana con gran conjunto de anécdotas.

- The Ottoman Empire. Sultan, Society and Economy. Halil Inalcik. Kronik Books. Extenso y bien documentado libro que recoge sobre todo el periodo de mayor gloria del Imperio Otomano, centrándose especialmente en el siglo XV.

- The Ottoman Empire and Europe. The Ottoman Empire and Its Place in European History. Kronik Books. Este libro examina las conexiones e influencias recíprocas entre Europa y el Imperio Otomano, pues no debemos olvidar que hubo desencuentros, pero también múltiples encuentros que resultan hoy desconocidos para el gran público.

- The Empire´s longest century. Ilber Ortayli. Kronik Books. Este libro analiza el siglo XIX turco, que resultó vital por sus reformas, especialmente el tanzimat, que aunque no lograra frenar la desintegación del Imperio, sí que permitió crear el caldo de cultivo adecuado para que apareciera un personaje como Atatürk y lograra que sus reformas prosperasen.

- Living in the Ottoman lands. Identitites, Administration and Warfare. Editores Hacer Kiliçaslan, Ómer Faruk Can y Burhan Çaglar. Kronik Books. La enormidad y complejidad del Imperio Otomano hacía que éste no fuera homogeno ni uniforme, conviviendo muchos grupos étnicos, sociales y religiosos dentro de sus fronteras, cuyas relaciones se examinan en este libro.

Espero que os haya resultado interesante el artículo y las referencias bibliográficas os permitan ahondar más en la fascinante historia de Turquía. 

Por cien años más de kemalismo. ¡Yasa, Atatürk!


lunes, 6 de noviembre de 2023

Horace Rumpole, un abogado de la vieja escuela

¿Es posible mezclar trabajo, placer y una fructífera vocación literaria? Es una pregunta retórica cuya respuesta es evidente y, para el británico John Mortimer (1923-2009) fue una realidad. 

Abogado, dramaturgo y escritor, compaginó sus diferentes carreras de un modo exitoso y admirable, con tiempo incluso para ser uno de los críticos más acérrimos de Margaret Thatcher, apoyar a Blair y luego odiarlo. Entre 1949 y 1971 estuvo casado con la novelista Penelope Mortimer (1918-1999), de la que se divorciaría tras la progresiva degradación de la relación, además de algunos affaires del propio Mortimer, quien tuvo en total 8 hijos, no todos matrimoniales. Esta tormentosa relación sirvió también como detonante para que Penelope Mortimer escribiera su "El devorador de calabazas", un magnífico testimonio de la gris vida matrimonial de muchas parejas de clase media.

Siguiendo los pasos de su padre, comenzó a ejercer en 1948, especializado en temas testamentarios y divorcios, pero a mediados de los años sesenta tomó un cambio de rumbo que le llevó a dedicarse a casos criminales, destacando en casos relacionados con los límites de la tolerancia y la libertad de expresión. Quizá algunos asuntos parecen superados o meras anécdotas, pero en 1977 fue contratado por Virgin Records para defenderles de la acusación de obscenidad por el uso de la palabra bollocks (cojones) en el título del álbum de los Sex Pistols "Never Mind the Bollocks, Here's the Sex Pistols" así como por distribuir en su cadena de tiendas el citado álbum.

 

Su mayor creación es, sin duda, el personaje de Horace Rumpole en 1975; un abogado peculiar, casado con «Ella, La que Ha de Ser Obedecida», feliz cuando puede tomar unos tragos de vino junto con sus colegas, bien lejos del hogar; de natural cínico, con una flexible medida de la moral humana, logrará sacar a la mayoría de los clientes de sus apuros, convenciendo al jurado de la honorabilidad de los mismos, o logrando que consideren a la parte acusadora como unos memos redomados. Ciertamente, la descripción que hace de los entresijos del sistema legal británico, hace que uno comprenda perfectamente por qué es preferible llegar a acuerdos antes que permitir que un juez tome una decisión que, a buen seguro, no gustará a ninguna de las partes involucradas.

Como compañero de profesión, no puedo dejar de pensar en los hitos que marcó en la defensa de la libertad de expresión, ante unas leyes y sociedad de un puritanismo absurdo. Sin embargo, el peligro para la tolerancia y la convivencia en un estado democrático sigue existiendo, y las nuevas amenazas a la libertad de expresión son mucho más sutiles. El temor a ofender, incluso sin pretenderlo, y recibir una desproporcionada e inmisericorde respuesta por parte de activistas de sofá, dispuestos a degollar a base de clicks a quien encuentren en falta, lleva a la autocensura. 

Mortimer trata en sus libros de temas políticos y sociales desde la perspectiva del humor: la integración de las minorías en el mundo laboral, los clanes criminales familiares, la honestidad de la clase teatral, Shakespeare como método para cortejar menores... con finales ciertamente inesperados, pero que no tengo especialmente claro que otros autores trataran con el mismo valor.

La BBC emitió una adaptación televisiva en siete temporadas entre 1978 y 1992 y la editorial Impedimenta ha editado hasta la fecha dos de los libros dedicados al insigne abogado. Si uno no puede esperar a leer más y quiere hacerlo en la lengua de la pérfida Albión, el número de títulos es ciertamente largo

Si os gusta el humor inglés, de carácter legal y con sabor a Wodehouse y Sharpe, no sé a qué esperáis a sumergiros en los casos de Rumpole ante el Old Bailey.

martes, 3 de octubre de 2023

Nostalgia comiquera (parte 2)

En la primera parte de nostalgia comiquera, recordaba mis inicios en el mundo del cómic. Con esta entrada, profundizaré en cómo terminé metido en el mundillo del manga en España y sus comienzos 

Oliver y Benji (Captain Tsubasa), Caballeros del Zodiaco (Saint Seiya) y sobre todo Dragon Ball, con la fiebre por las fotocopias extraidas directamente del manga que recorrió España, hicieron que el sector editorial se fijara en el país del sol naciente y editoriales como Planeta, Glenat, Norma Editorial y la Cúpula comenzaran a publicar manga. Inicialmente fue, por pura inercia, en formato grapa o cartoné, pero limitados a 32-48 páginas mensuales (únicamente semanal en el caso de Dragon Ball, pero es un caso aparte que no tiene parangón por sus cifras de ventas), como nos tenían acostumbrados con el cómic americano. Esto funcionaba bien con títulos cortos, pero se demostró absolutamente ineficiente en el caso de títulos largos, que vieron cancelada la edición. Así, Caballeros del Zodiaco, Ranma 1/2 o 3x3 Ojos, entre otros, quedaron inconclusos hasta que, estando más maduro el mercado, otras editoriales se atrevieron a editar en formato tomo como en Japón. 

Así se comenzó a editar manga a principios de los 90 en Españ: mensualmente y números de 48 páginas que eternizaban la espera en series largas y provocaban muchos abandonos

Si bien algunas editoriales ya habían editado manga en formato tomo, solía tratarse de series cortas o de tomo único. Planeta de Agostini fue el primero en hacer a mediados de los noventa la prueba de editar de modo regular series largas en formato tomo japonés, eligiendo para ello dos series míticas; Bastard!! De Kazushi Hagiwara (como curiosidad, fue ayudante de Izumi Matsumoto en Kimagure Orange Road y se reconoce claramente esta influencia en todo el manga) y El puño de la estrella del norte del duo formado por Buronson y Tetsuo Hara. 

La primera edición de manga en versión tankoubon llegó en 1995 con dos títulos míticos. La parte de atrás del cartón promocional incluía además una imagen fantástica de Kenshiro

Lo que lamentablemente no conoció tanto éxito, aunque aguantó un número sorprendente de números dadas las circunstancias, fue la iniciativa de adaptar el modelo japonés de publicar una revista con un generoso número de páginas y múltiples series, a imagen y semejanza de la Shonen Jump de Shueisa y la Shonen Magazine de Kodansha (se llegó al acuerdo con la segunda). Así surgió la Shonen Mangazine, experimento que comenzó en abril de 1995, con periodicidad bimestral y 100 páginas por número, pero ya en enero de 1996 pasó a mensual, aunque con aumento del número de páginas a 132. Siguió sin despegar y se canceló en junio de 1996, tras 24 números y dos especiales.

La razón del fracaso me parece clara ahora y me lo pareció en su momento: en Japón, lo que publica en ese tipo de revistas, que además cuentan con muchísimas más páginas, son siempre capítulos nuevos, que más tarde se recopilan en formato tomo o se cancelan según su impacto en el público; no se trataba, pues, de reimpresiones de series conocidas y consolidadas. Por otro lado, el público español no quiere comprar dos veces una serie que le gusta y prefiere directamente un formato tomo en que únicamente esté esa serie. Quizá si el número de páginas hubiera sido realmente generoso, la revista habría sobrevivido.

Paralelamente, se comenzó a distribuir anime en video. Aunque mejorable en ocasiones, toca reconocer la fabulosa labor de Manga Films, a quien se sumarían sellos como Selecta Visión y Jonu Media. El club que creó Manga Films, con su boletín periódico, recibido por correo ordinario en casa, es una de esas cosas que se recuerdan con sorprendente cariño. Era emocionante recibir la tarjeta de socio, que todavía conservo, e información sobre las novedades de anime. 

Mangafilms enviaba por correo postal incluso postales con algunos de los nuevos lanzamientos

Algo que nunca lograré entender es cómo Disney, a través de su sello Buena Vista, no fue capaz de aprovechar en España el acuerdo a que llegó con Ghibli para distribuir sus películas. Acuerdo extraordinario, puesto que Miyazaki, después de que una distribuidora norteamericana en los años ochenta cercenara y mutilara Nausicäa del Valle del Viento (Kaze no tani no Naushika), cortando media hora con el peregrino argumento que sobraba, hacía lenta la película y la gente no lo entendía, se negó en redondo durante años a vender los derechos de distribución fuera de Japón. Esto hizo que tardáramos años en poder disfrutar de su catálogo completo. Por cierto, dicha edición mutilada llegó a España de la Mano de Chiqui Video, un verdadero adelantado a su tiempo que nos trajo más títulos como Area 88 y Macross.

Dokan fue una verdadera revolución, al lograr distribución nacional en kioscos e incluir cd con material; muchas otras revistas siguieron su estela

A finales de los noventa, comenzaron a aparecer en los quioscos revistas de información general sobre manga y anime, entre las que destacaron las ya extintas Dokan y Minami, que fueron un verdadero bombazo por incluir un cd repleto de contenidos. En su punto álgido, se diversificó tanto la demanda que llegaron a aparecer revistas de este tipo especializadas en música japonesa y hentai. Aunque es de reconocer que no representa sorpresa alguna que el hentai vendiese bien.


Quizá hoy suene extraño, pero conectarse a internet en aquella época era un verdadero ejercicio de paciencia, a través de modems de marcación telefónica de 56 kbps. Previamente existieron otras revistas, como la también extinta Neko, Kame, Otaku, la Kabuki de Glenat y el valenciano Mangazone, que llegaron a contar con un considerable éxito pese a una distribución mejorable, pero la inclusión del cd y una mejor distribución en numerosos puntos de venta, fue un factor determinante para el triunfo de estas nuevas revistas.

Sin embargo, la mejor conectividad a la red, con mayores velocidades y estabilidad, acabaron suponiendo el principio del fin de las revistas con cd. La gente podía acceder directamente a muchos contenidos a través de fansubs (grupos de aficionados que, sin ánimo de lucro, subtitulaban películas y series de anime no licenciadas en su país), páginas de scanlations (mangas escaneados e igualmente traducidos) y otros sitios webs y canales de IRC. Lo mismo ocurría con el merchandising. Conseguir material original japonés era caro (en puridad, sigue sin ser barato), pero además se dependía de la suerte, mucha suerte, para encontrar artículos originales de tu serie favorita.

¿Tenéis alguna anécdota o recuerdo de esta etapa?

domingo, 1 de octubre de 2023

Curiosidades literarias: homenajes, parodias e historias apócrifas de Sherlock Holmes

Adoro las historias de detectives desde que era pequeño, habiendo devorado las historias de Sherlock Holmes en múltiples ocasiones. Había algo en el control de la situación y las deducciones (siempre correctas) aparentemente imposibles que realizaba con una mínima cantidad de indicios que me llevaba a querer leer más y aprender cómo lo hacía. Me reconozco, sin embargo, un estudiante lento y poco dotado para la observación, contrariamente a la figura real en que se basó Arthur Conan Doyle (1859-1930) para crear el personaje, que no fue otro que su profesor en la universidad de Edimburgo, el cirujano Joseph Bell (1837-1911), impulsor de la naciente ciencia forense.

 

Sherlock Holmes no fue el primer detective literario; existe un razonable consenso en que el Auguste Dupin de Edgar Allan Poe, que hace su aparición en "Crímenes de la calle Morgue" (1841), es el primero que reune todas las características del género, pero no sería hasta que Conan Doyle publica "Estudio en Escarlata" (1887), que se produce una verdadera revolución que apuntalaría la base para la edad de oro de la novela de detectives de los años 20 y 30 del pasado siglo. De este modo, no tardan en surgir, de la pluma de escritores capaces, múltiples detectives de personalidad carismática así como sus respectivas némesis. 

Del lado de la ley, podemos contar a modo de ejemplo: al profesor Augustus S. F. X. Van Dusen, apodado "la máquina pensante", de Jacques Futrelle (1875-1912), quien falleció en el hundimiento del Titanic; Max Carrados, el detective ciego creado por Ernest Bramah (1868-1942); Thomas Carnacki, detective de lo sobrenatural, creado por William Hope Hodgson (1877-1918); Joseph Rouletabille, de Gaston Leroux (1868-1927), quien pese a ser un reportero, efectúa verdaderas tareas detectivescas.

Del lado del crimen, aunque con diferencias sustanciales en cuanto a su moral y motivaciones, tenemos caballeros ladrones como el Arséne Lupin de Maurice Leblanc (1864-1941) o A. J. Raffles de Ernest William Hornung; a este modelo de ladrón que busca no causar víctimas inocentes ni emplear la fuerza si no es necesario, se contrapone el Fantômas de  Marcel Allain (1885-1970) y Pierre Souvestre (1874-1914), un sociópata traicionero y despiadado que no duda en matar con verdadero sadismo; y no debemos olvidar al Dr Nikola de Guy Boothby (1867-1905), un villano interesado en el ocultismo para encontrar el modo lograr la vida eterna y la dominación mundial.

El éxito de un personaje lleva tanto a emulaciones como a la aparición de parodias. En vida de Conan Doyle, se publicaron varias de ellas, siendo una de las más celébres la de Maurice Leblanc "Arsenio Lupin contra Herlock Sholmes" (1909); pero no cabe olvidar otras como "La cigarrera robada" (1900) de Bret Harte (1836-1902), donde hace aparición un cómico Hemlock Jones; o las hilarantes "Novísimas aventuras de Sherlock Holmes" (1928), escritas por Enrique Jardiel Poncela (1901-1952).

Con posterioridad, otros autores han continuado con las aventuras de Sherlock Holmes, intentando llenar huecos de su vida, como "Los años perdidos de Sherlock Holmes", de Jamyang Norbu (1949), que relata lo acontecido tras su presunta muerte en las cascadas de Reichenbach, con una ubicación bastante exótica; cruzándolo con personajes históricos reales, como "Marx & Sherlock Holmes" (1981), de Alexis Lecaye (1951), un curiosísimo libro en que deberá averiguar quién intenta matar al mismísimo Karl Marx; o simplemente desarrollando historias que Watson no encontró adecuado publicar por temor al escándalo o daño a la reputación de terceras personas, "Las hazañas de Sherlock Holmes" (1954), que escribieron en colaboración y con un minucioso estudio previo del estilo de Conan Doyle, su hijo, Adrian Conan Doyle (1910-1970) y John Dickson Carr (1906-1977).

Una verdadera curiosidad que conocí gracias a la publicación por parte de la editorial Funambulista de los "Archivos secretos de Sherlock Holmes" (2020), es la existencia de historias apócrifas del famoso detective, publicadas entre 1907 y 1911 en Alemania, escritas por dos autores alemanes hoy olvidados, Kurt Matull (1881-1928) y Theo von Blankensee (1872-1945?), este último posiblemente fallecido en un campo de concentración al final de la 2ª Guerra Mundial.

Estas historias, que no entran en el canon holmesiano, están protagonizadas por Holmes y un nuevo ayudante, Harry Taxon, que sustituye a un Watson que ha priorizado sus pacientes y su segunda esposa sobre los casos de Holmes, con el consiguiente enfado del detective. El estilo es directo, sin florituras y no tan elegante como el de Doyle, pero con un ritmo rápido e historias lo suficientemente interesantes como para pasar las páginas hasta el final. Intuir quién es el culpable, no quita diversión a la lectura.

Resulta curioso que no se hiciera nada ante lo que era a todas luces una infracción de derechos de autor, pero por razones desconocidas, ni Doyle ni sus editores británicos hicieron nada al respecto. En todo caso, esto nos ha provisto de material extra que homenajea al detective más famoso de la historia, haciéndole vivir nuevas aventuras.

La selección realizada por Funambulista, de algunas de las 230 historias que se publicaron en Alemania, abarca dos libros más publicados en 2021, "Nuevos archivos secretos de Sherlock Holmes" y "Últimos archivos secretos de Sherlock Homes".

¿Qué detective es vuestro preferido? ¿Alguno ha intentado emular las dotes deductivas de Holmes?


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