Un puritanismo absurdo vuelve a caer sobre Dragon Ball, y la animación japonesa en general, en A Punt, la sucesora de Canal 9. Alfred Costa, su director, ha sido taxativo, amparándose en códigos de género, "valores"... Cambian los ropajes, pero el mensaje es el mismo: vamos a decidir por vosotros qué os conviene.
En su momento este tipo de campañas lograron por ejemplo retirar Shin-Chan, hoy día un clásico indiscutible, de la televisión pública valenciana. Oliver y Benji (Captain Tsubasa), que compitió con gran éxito contra los informativos de la noche, tampoco quedó exento de una crítica feroz por parte de personas que consideraban a niños y adolescentes como verdaderos incapaces mentales. No parecían comprender que hemos disfrutado de las grandísimas y épicas fantasmadas de Oliver y Benji (aunque muy molona, la catapulta infernal de los hermanos Derrik, no se la creía nadie, así como esos patadones que hacían que la pelota rompiera la red de la portería y se empotrara en el hormigón) y hemos extraído unas ideas de compañerismo, superación, esfuerzo y respeto hacia compañeros y rivales; la misma lección se puede extraer de Dragon Ball.
Shin Chan por su parte, hace una gran crítica social de la sociedad japonesa: horarios de trabajo inacabables, consumo excesivo de alcohol, situaciòn laboral de la mujer... siendo al mismo tiempo muy divertida y, además, un ejemplo de diversidad. Cabe recordar que los travestidos (las mariconchis) campan a sus anchas en la serie y las películas.
Shin Chan por su parte, hace una gran crítica social de la sociedad japonesa: horarios de trabajo inacabables, consumo excesivo de alcohol, situaciòn laboral de la mujer... siendo al mismo tiempo muy divertida y, además, un ejemplo de diversidad. Cabe recordar que los travestidos (las mariconchis) campan a sus anchas en la serie y las películas.
Como con cualquier texto literario que te da una impresión diferente siendo leído de niño, de adolescente o de adulto, lo mismo ocurre con cualquier serie de dibujos: el niño captará determinadas cosas y otras se le escaparan. La oposición a la petición de Compromís de recuperar Dragon Ball en valenciano hace una alusión también a unos códigos de género y valores, olvidando que la serie se ha emitido en muchas otras cadenas en España, el manga lleva casi 30 años siendo reeditado constantemente y, por supuesto, no existe ninguna restricción. El manga además sirvió para introducir a muchísimas mujeres en el mundo del cómic, un terreno en el que eran casi desconocidas hace apenas 25 años.
En otro orden de cosas, y quizá más importante en términos de promoción lingüística, no hay que olvidar que en los primeros 90 la selección de anime de Canal Nou, también con el mítico Musculman (kinikkuman), que se emitía dentro del programa A la babalà, sirvió para que muchísima gente aprendiera valenciano.
Teniendo en cuenta que la audiencia de A Punt no despega, ni despegará, dado que sus contenidos no se ajustan ni remotamente a lo que los valencianos quieren, quizá sea hora de dejar de mirarse el ombligo, crear una parrilla televisiva atrayente y comprender que los niños no son imbéciles (y los adultos, también vemos dibujos)
Van a continuar fent una programació per a iaios, que no li agrada a ningú a menys que ixca el seu poble en antena. Ah, i la alqueria blanca, que pareix que una hora a la setmana ja plena la graella.
ResponderEliminarSi la tele pública és per fomentar el valencià, ho fan fatal. Els directius viuen en un món del segle XX, sense influencers i sense dibuixos. Per això els joves migren a plataformes com Netflix, discord, twitch o youtube, on pode vore el que volen.
Només amb la reedició de anime com Musculman, Bola de Drac, Arale... ja guanyarien al public de 30 anys endavant i formarien a noves genereacions per que estimaren el anime i el valencià
Moltes gràcies! No puc estar més d´acord amb tu. Espere que recapaciten i s'adonen que han de ser més oberts de ment. Cal fugir del puritanisme del políticament correcte
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