Capítulo aparte merecería la culminación de la saga de Covenant el Incrédulo, de Stephen R. Donaldson, cuyas dos primeras trilogías leí en castellano en la edición de Acervo, pero cuya última tetralogía, que cierra la historia, sólo está disponible en inglés entre los idiomas que me son más accesibles. Llevaban mucho tiempo como lecturas pendientes, porque hay que reconocer que el profuso uso de arcaismos por parte del autor en tomos que nunca bajan de las 500 páginas, cuando no superan las 700, no anima a comenzar por mucho que admire la obra. Rompí en todo caso esa resistencia y terminé tres de ellos. Queda pendiente el último, pero ya con otro tipo de sentimiento, el de no querer terminar una saga por desear más pero saber que no hay más. Para los que desconozcan a Donaldson, les diré que la historia de Covenant es épica como El Señor de los Anillos, pero con un marcado componente psicológico de sus personajes. Comparativamente con Tolkien, los personajes tienen una mayor riqueza interior y todos, amigos y enemigos, son examinados para descubrir sus motivaciones, deseos y miedos. La dicotomía entre el bien y el mal se vuelve rica en matices.
En francés terminé en la edición francesa de Tonkam las novelas dos y tres de Kimagure Orange Road, salidas de la pluma de Kenji Terada con la colaboración del recientemente fallecido Izumi Matsumoto. Las tenía desde hacía cerca de quince años; muchas veces las había sacado de la estantería y entreabierto, pero por un motivo u otro, volvían a su rincón. En el fondo, se trataba conservar el mayor tiempo posible la certeza de tener cosas que leer del universo KOR (aunque han existido multitud de fanfics bastante buenos) salidas de su creador. Tanto el anime como el manga me encandilaron y siempre he sentido un cariño especial por sus personajes: Madoka Ayukawa, Kyosuke Kasuga, Hikaru Hiyama y todo el conjunto de secundarios. Matsumoto llevó el clásico triángulo amoroso a su cénit, con un argumento en que los poderes especiales del protagonista y su familia eran apenas un recurso incidental (pero muy bien llevado), siendo lo importante las relaciones humanas y la formación de la personalidad adulta de unos adolescentes.
En conjunto he leido este año una nada desdeñable cantidad de literatura japonesa, como el autobiográfico De qué hablo cuando hablo de correr de Haruki Murakami, un maravilloso ejemplo de esos libros sobre la actividad de la creación literaria escrito por su protagonista. Este tipo de libros lo que muestran es que no existen recetas mágicas y cada escritor debe encontrar su camino y motivación; lección reforzada por El zen en el arte de escribir de Ray Bradbury, con diferentes recetas, pero mismo mensaje final: constancia.
No olvidé clásicos japoneses como el Fantasmas y samurais. Cuentos modernos del viejo Japón, de Okamoto Kido, una curiosa recreación del tradicional contar historias frente al fuego al estilo de los cuentos de Canterbury de Chaucer, ni la Historia de los leales samurais de Ako, de Tamenaga Shunsui, que a la mayoría le sonará más con el título de los 47 ronin; una obra que resulta épica e inspiradora y que fue usada durante siglos como ejemplo extremo de lealtad, siendo todavía una de las historias favoritas de los japoneses. Completé con Música, de Yukio Mishima, un delicado retrato de la psique humana, la femenina en concreto, y del mundo de la psiquiatría, pero con ese toque de sensualidad que impregna la mayoría de sus trabajos.
Completé esas lecturas infantiles con un clásico como Pippi Calzaslargas. El hecho de haber llegado a vivir en Suecia y conocer algunos de los lugares donde transcurren las obras de Astrid Lindgren me da una mayor sensación de cercanía. Pippi representa esa libertad sin límites que todo niño desea, pero teniendo claro lo que está bien y lo que está mal de modo intuitivo. Moralmente, es casi un mejor ejemplo que el abandono al que se somete a la pequeña Maisie en Lo que Maisie sabía, de Henry James, un amargo relato sobre una niña que es usada por sus padres divorciados como arma arrojadiza y por la que muestran la misma preocupación que por una piedra. Es un ejemplo perfecto de lo que no se debe hacer. No lo sigan como guía moral, salvo que quieran ser inmorales.
No creo que pueda pasar un año sin que alguna lectura utópica o distópica atraiga mi atención. No me defraudó el Dellas de Charlotte Perkins Gilman, una curiosa utopía feminista adelantada a su tiempo, ni La raza venidera, de Edward Bulwer Lytton, inquietante en su planteamiento de una raza evolucionada posiblemente de una escisión de la humana, más adelantada y con una concepción de la paz y la democracia para ellos, pero no extensible a razas degeneradas; el paralelismo con el ascenso del nazismo es sobrecogedor, más aún si tenemos en cuenta que se publicó en 1871. El Fragmento de historia futura de Gabriel Tarde era, por comparación, más tranquilizador y no exento de humor, sobre cómo la humanidad puede sobreponerse a un colapso de la civilización.
Isaac Asimov, con su extensa y variada obra, hace acto de presencia con obras de divulgación histórica, ciencia ficción y selecciones de relatos prologados por él y que suponen una suerte de relato autobiográfico donde conocer más del joven Asimov, su época y las historias que le influyeron y le condujeron por la senda de la ciencia ficción. La ciencia ficción pulp que dominó hasta finales de los años treinta resulta encantadora en su ingenuidad y algo terrible en los prejuicios y estereotipos raciales y de género (los personajes femeninos están para ser secuestrados y rescatados y los malos, por definición, son de piel más bien cetrina), lo que no quita emoción a las historias, que hay que juzgar en su contexto. Precisamente de este periodo es la Odisea en Marte de Stanley G. Weinbaum, una obra cumbre de su género, aunque poco científica a la luz de los modernos conocimientos sobre nuestro sistema solar. Amos de títeres de Robert Heinlein es algo más moderna en el tiempo y recoge la inquietante posibilidad de una infiltración extraterrestre que sea capaz de tomar nuestros cuerpos de mod que ni nos diéramos cuenta. En realidad, el relato es una gran metáfora de la Guerra Fria y esa desconfianza mutua que se extendió por el mundo, durante décadas con el peligro de una fatal confrontación nuclear sobre sus cabezas.
Dersu Uzala, de Vladimir Arseniev, me dejó una maravillosa sensación de vuelta a la naturaleza y épocas más sencillas. Es el tipo de narración que hace repensar si verdaderamente el progreso supone siempre un avance, o al menos si el modo en que se lleva a cabo es el más adecuado. La sabiduría sencilla y natural de Dersu llega al corazón y nos hace sentir todavía más pesar al conocer su fin. La adaptación cinematográfica de Kurosawa es un complemento ideal a su lectura.
Imagino que todos conocerán La conjura de los necios, de John Kennedy Toole, pero menos conocida es su Biblia de neón, un trabajo de juventud que el autor redactó a los dieciseis años y que demuestra una extraordinaria madurez y lucidez. Ofrece un extraordinario retrato de la sociedad del cinturón de la Biblia estadounidense, la influencia de la religión, sobre todo pastores evangélicos, y su hipocresía, pero con una bien medida mezcla de afecto e ironía.
Los Viajes por Asia, de Catherine Donzel, suponen un magnífico relato visual y literario por todo el continente asiático, siguiendo los pasos de viajeros occidentales en países exóticos y desconocidos a finales del siglo XIX y principios del XX, pero con la particularidad de alojarse éstos con toda comodidad en lujosos hoteles occidentales abiertos como una punta de lanza de la civilización en medio de estos territorios. Las fotografías que ilustran el libro nos transportan a tiempos que no volverán de fe en un progreso ininterrumpido.
Para finalizar, aquí les dejo la lista completa de lecturas de 2020. Espero que encuentren alguna inspiración para sus próximas lecturas.
LIBRO | AUTOR | PÁGINAS |
El pájaro de fuego y otros cuentos populares rusos | A. N. Afanasiev | 278 |
Japanese architecture. A short history | Arthur Lindsay Sadler | 288 |
La compañía Blanca | Arthur Conan Doyle | 612 |
Pippi Calzaslargas | Astrid Lindgren | 265 |
La semilla de Cthulhu | August Derleth | 661 |
Drácula | Bram Stoker | 503 |
Viajes por Asia | Catherine Donzel | 320 |
Dellas: un mundo en femenino | Charlotte Perkins Gilman | 221 |
Fantasmas | Chuck Palahniuk | 442 |
No esperamos volver vivos. Testimonios de kamikazes y otros soldados japoneses | Diego Blasco Cruces (ed) | 237 |
La raza venidera | Edward Bulwer Lytton | 187 |
Las hierbas de la sabiduría. Cuentos de la antigua India | Enrique Gallud Jardiel (ed) | 327 |
¡Espérame en Siberia, vida mía! | Enrique Jardiel Poncela | 462 |
Pero... ¿hubo alguna vez once mil vírgenes? | Enrique Jardiel Poncela | 463 |
El gran Gatsby | F. Scott Fitzgerald | 248 |
Hijas de María | Fernando Vizcaino Casas | 233 |
Frangmento de historia futura | Gabriel Tarde | 123 |
El velo alzado | George Elliot | 96 |
El clérigo malvado y otros relatos | H.P. Lovecraft | 210 |
Los mitos de Cthulhu | H.P. Lovecraft y otros | 530 |
De qué hablo cuando hablo de correr | Haruki Murakami | 230 |
Lo que Maisie sabía | Henry James | 443 |
La formación de Francia | Isaac Asimov | 273 |
La formación de Inglaterra | Isaac Asimov | 290 |
Las corrientes del espacio | Isaac Asimov | 251 |
Antes de la edad de oro 2 | Isaac Asimov (editor) | 510 |
La pyramide du soleil (Orange Road) | Izumi Matsumoto/Kenji Terada | 205 |
Les souvenirs de Madoka | Izumi Matsumoto/Kenji Terada | 186 |
Sketches of Japanese Manners and Customs | J. M. W. Silver | 65 |
Las Bestiales Bienaventuranzas de Balthazar B. | J. P. Donleavy | 509 |
Manuscrito encontrado en Zaragoza | Jan Potocki | 310 |
The lesson of Japanese architecture | Jiro Harada | 192 |
La biblia de neón | John Kennedy Toole | 188 |
La revolución científica: una breve introducción | Lawrence M. Príncipe | 218 |
El forastero misterioso | Mark Twain | 147 |
La noche de los monstruos | Mary W. Shelley/Lord Byron/John William Polidori | 441 |
Mis memorias | Miguel Mihura | 319 |
Fantasmas y samurais. Cuentos modernos del viejo Japón | Okamoto Kido | 252 |
Imperio | Orson Scott Card | 338 |
El crimen de Lord Arthur Saville | Oscar Wilde | 78 |
El valle de la muerte y otros cuentos de fantasmas | Ralph Adams Cram | 256 |
Zen en el arte de escribir | Ray Bradbury | 146 |
El gran cambiazo | Roald Dahl | 170 |
Amos de títeres | Robert A. Heinlein | 252 |
Leyendas negras I | Robert Silverberg (ed) | 487 |
Odisea en Marte | Stanley G. Weinbaum | 220 |
The long cosmos | Stephen Baxter/Terry Pratchett | 456 |
The long earth | Stephen Baxter/Terry Pratchett | 425 |
The long Mars | Stephen Baxter/Terry Pratchett | 439 |
The long war | Stephen Baxter/Terry Pratchett | 422 |
Against all things ending | Stephen R. Donaldson | 772 |
Fatal Revenant | Stephen R. Donaldson | 789 |
The Runes of the Earth | Stephen R. Donaldson | 593 |
La historia de los leales samurais de Ako | Tamenaga Shunsui | 397 |
Making money | Terry Pratchett | 349 |
Los papagali (hombres blancos) | Tuiavii | 79 |
Historias clásicas de animales | Varios | 162 |
La huella del dragón. Cuentos populares chinos | Varios | 285 |
El fantasma de las alas de oro | Vicente Blasco Ibáñez | 228 |
Dersu Uzala | Vladimir Arseniev | 316 |
La nave abandonada y otros relatos de horror en el mar | William H. Hodgson | 214 |
Legend of the galactic heroes. Desolation | Yoshiki Tanaka | 220 |
Legend of the galactic heroes. Endurance | Yoshiki Tanaka | 265 |
Legend of the galactic heroes. Estratagem | Yoshiki Tanaka | 213 |
legend of the galactic heroes. Flight | Yoshiki Tanaka | 226 |
Legend of the galactic heroes. Mobilization | Yoshiki Tanaka | 241 |
Legend of the galactic heroes. Tempest | Yoshiki Tanaka | 254 |
Música | Yukio Mishima | 266 |
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